El apetito de Abanca para consolidarse en el nuevo tablero de las finanzas españolas tras la profunda reestructuración del sector durante los años de la crisis parecía saciado ya, o al menos en buena parte. Con las recientes compras de la filial en España de Caixa Geral de Depósitos y la red en territorio luso del Deutsche Bank, el primer banco de Galicia engordó su negocio un 20%, de 60.147 a más de 82.600 millones de euros, en apenas ocho meses, convirtiéndose en la séptima entidad del país por patrimonio y la octava por volumen de activos. Tocaba hacer la digestión. Abanca estaba "concentrada y focalizada" en la integración de ambas redes, que suman 151 oficinas, y de los 854 empleados procedentes de ellas a lo largo de este 2019. "Más adelante se podrá ver", aseguraba su presidente, Juan Carlos Escotet, durante la presentación de resultados anuales hace menos de un mes. Por eso ayer causó tanta sorpresa la confirmación de que intenta de nuevo acometer una operación corporativa con Liberbank, en negociaciones para su integración en Unicaja.

Abanca y "su accionista de control", en referencia a la matriz financiera controlada por el propio Escotet, han tenido "conversaciones con los principales accionistas" del grupo asturiano para "promover una eventual operación corporativa entre ambas", según anunció ayer la entidad gallega en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tras la publicación en el diario Expansión de su interés por lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA). Reconoce "diversas conversaciones y reuniones" para analizar "las diversas alternativas existentes". No es un acercamiento informal. De hecho, Abanca ha contratado a Bank of America Merrill Lynch como asesor financiero y los servicios del prestigioso bufete Linklakers para las cuestiones legales. Incluso existe un precio sobre la mesa: Abanca ofreció ya a "alguno de los accionistas" 0,56 euros por acción, lo que supondría valorar Liberbank en casi 1.700 millones de euros y una prima del 44% sobre el valor de la cotización al cierre del mercado el jueves del banco creado a partir de Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Macha y Caja Cantabria.

En todo momento habla Abanca de contactos con los accionistas y no con la cúpula de Liberbank. De ahí que la entidad liderada por Manuel Menéndez se apresurara a comunicar a la CNMV que, hasta ese momento, no recibió "ninguna oferta concreta que se corresponda con el contenido de dichas noticias ni está en conversaciones para llevar a cabo ninguna operación estratégica distinta" a la fusión con Unicaja, en negociaciones oficiales desde diciembre. Sus acciones se dispararon más de un 20% cuando a media mañana el regulador bursátil levantó la suspensión de su cotización y la de la las emisiones de Abanca que dictó cuando salieron a la luz los movimientos de Escotet y su equipo. Al final de la sesión se situaron en 0,47 euros, lo que supone un alza del 19,9% y nueve céntimos aún por debajo del precio propuesto por Abanca.

Fue al cierre del mercado cuando el holding financiero capitaneado por Escotet envió al consejo de administración de Liberbank "en nombre y representación de Abanca" su voluntad del "firme interés" en la operación "que entendemos sería muy beneficiosa tanto para Liberbank como para sus accionistas y empleados". La plusvalía, destaca en la misiva, "compara muy positivamente con la media de la prima ofrecida en operaciones similares recientes tanto en España como en otros países de Europa". La OPA se dirige a un máximo del 75% del capital y abre la puerta a un canje por acciones de Abanca a aquellos socios con entre el 25% y el 45%, como guiño a que los históricos "entre otros y si así lo desean puedan seguir formando parte de los órganos de gobierno".

El principal accionista de Liberbank son las tres fundaciones de las antiguas cajas que cedieron su negocio a un banco común. Concentran el 24,31% del capital. El resto se reparte, entre otros, con el fondo británico-maltés Oceanwood (16,7%), el empresario mexicano Ernesto Tinajero (7,4%), el grupo industrial y financiero asturiano Masaveu (5,5%) y el fondo soberano noruego Norges Bank (3,2%). Ninguno de ellos ha declarado una especial urgencia por desinvertir, ni tampoco ha transcendido su oposición al matrimonio con Unicaja, aunque el perfil de fondo inversor de algunos facilitaría que una propuesta en firme de Abanca pudiera ir adelante siempre que aportara mayor rentabilidad que la unión a Unicaja. La atomización del accionariado fue una de las razones que frustraron que la caña que Escotet lanzó en Liberbank ya en 2017 viniera de vuelta sin captura. Existieron conversaciones entonces, cómo admitió Escotet, para sondear una fusión o una compra amistosa. El banquero venezolano es de origen asturiano, uno de los territorios donde Abanca tiene el ojo puesto para crecer con esa vocación suya de ser la referencia en el noroeste. Fue el interés de Abanca en aquel momento lo que llevó a Unicaja a mover ficha y postularse para una integración que se encuentra en fase de due diligence, cada una revisando las cuentas de la otra, sin que se haya entrado todavía en la cuestión delicada de las marcas y el reparto del poder.

Hasta el 1 de marzo

Hasta el 1 de marzo da Abanca al consejo de administración de Liberbank para que decida si permite a sus asesores a acceder a la información necesaria para hacer una due diligence. De ir adelante la operación, dice, nacería "una de las entidades más sólidas y solventes, con posición de liderazgo en el norte, Extremadura y Castilla-La Mancha. Durante el proceso Liberbank dejaría de cotizar y su plaza la ocuparía la entidad resultante. "Creemos que la operación es una gran oportunidad -añade- que pondría en valor a Liberbank y ofrecería una contraprestación muy atractiva a sus accionistas". En la carta Abanca deja clara su intención de "fomentar" la obra social en los territorios vinculados a las fundaciones que encabezan la propiedad.

"Liberbank tiene dos opciones en su mano y eso, además de tranquilidad, aporta un extra de valor", aseguran fuentes del mercado cercanas a las negociaciones, que recuerdan que el precio de 0,56 euros por título, como también indica el equipo de Escotet, está condicionado al resultado del análisis de las cuentas. Ninguno de los protagonistas quiso ayer ir más allá de sus comunicados, conscientes de la situación que se abre y en la que Unicaja fue ayer la gran perjudicada, con una caída del 4,2% de su cotización y un valor en el Mercado Continuo que no llega ya a los 1.700 millones que precisamente Abanca ofrece por Liberbank.

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