El proyecto para crear el sexto mayor banco del país y el líder financiero del noroeste duró poquísimo. Tan solo cuatro días... al menos oficialmente. Porque a pesar de que las intenciones salieron a la luz el pasado viernes, Abanca defiende que llevaba trabajando en la operación "desde hace meses", como destaca en la comunicación formal ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de su renuncia a lanzar una oferta pública de adquisición (opa) sobre Liberbank ante la imposibilidad de acceder a los detalles de sus cuentas para verificar "determinados aspectos relativos" a la entidad de origen asturiano y su grupo y confirmar así que vale los 1.717 millones de euros que estaba dispuesto a pagar. Conocida la decisión, los inversores sometieron a Liberbank a un duro correctivo en Bolsa que terminó comiéndose casi el 10% de su capitalización. Al cierre de la sesión valía 1.296 millones -0,4226 por título-, una cuarta parte menos que el precio provisional planteado por el equipo de Juan Carlos Escotet.

El mismo ritmo de vértigo con el que se sucedieron los hechos desde que Abanca confirmó el viernes "diversas conversaciones y reuniones" con "los principales accionistas de Liberbank" para "analizar en profundidad" las "diversas alternativas existentes" se repitió ayer. Cada último lunes de mes Abanca celebra un consejo de administración. Y el de este febrero fue, probablemente, el más delicado de todos desde el renacimiento del negocio de las antiguas cajas gallegas tras su nacionalización. Se juntaron la confirmación "por unanimidad" del consejo de administración de Liberbank de seguir adelante con sus negociaciones para integrarse en Unicaja y la negativa a analizar cualquier cosa que no fuera una opa formal -y, por tanto, a abrir sus balances confidenciales- con el ultimátum de la CNMV a Abanca para que en un plazo "improrrogable" de 10 días hábiles notificara si presentaba o no una opa, desvinculada de un examen previo de las cuentas internas. Algo, según el supervisor bursátil, vetado por la normativa que regula este tipo de operaciones.

Duró tanto el consejo de administración de Abanca que el resultado no se conoció hasta el día siguiente. A las 8.44 horas de la mañana de ayer, el primer banco de Galicia anunciaba que daba marcha atrás mediante otro hecho relevante a la CNMV repleto de puntualizaciones a lo que se ha ido contando estos cuatro días y reproches a la supuesta improvisación que se le achacaba en el entorno de la cúpula de Liberbank.

Abanca recuerda que la propuesta es fruto de "las conversaciones mantenidas con los principales accionistas" del grupo liderado por Manuel Menéndez y que la oferta inicial se diseñó con "información de carácter público". La definitiva no puede desvincularse, subraya, de "una revisión confirmativa". Una due diligence que, según la entidad gallega, "resulta totalmente legítima y constituye práctica habitual en operaciones corporativas que afectan a sociedades cotizadas, incluyendo opas".

Con el plazo dado por la CNMV con y la postura del consejo de administración de Liberbank, "no resulta posible para Abanca realizar la indicada revisión confirmatoria ni, por tanto y como se indicaba en la carta al consejo de Liberbank, tomar una decisión definitiva acerca de la posible formulación de una opa". El banco con sede en Betanzos esgrime que todo el fallido proceso se hizo "con estricto cumplimiento" de la ley "y guiada por la buena fe". "Extremando las medidas tendentes a la salvaguarda de la confidencialidad durante la fase preparatoria de la operación", destaca, en referencia al reproche de la CNMV por lo que Abanca califica de "indeseadas filtraciones, totalmente ajenas" a ella.

De hecho, la entidad es la gran perdedora de una opa frustrada sobre la que no quiere decir más. Ni aclarar una posible traición por parte de algunos de esos accionistas con los que se sentó, negoció hasta un precio y abrieron el camino para una operación corporativa.

También la CNMV quiso ayer matizar la interpretación dada a su requerimiento. Su presidente aseguró ayer que el organismo era partidario de que Liberbank facilitase su documentación a Abanca si existía una propuesta en firme. "Estamos a favor de que cuando hay ofertas planteadas, seriamente y de buena fe, las compañías faciliten su realización, posibilitando la revisión de documentación, la famosa due diligence -explicó Sebastián Albella-. La decisión es exclusivamente suya, pero no quiero ningún malentendido en el sentido de que nosotros tuviéramos algún criterio contrario".