Las plantas de ferroaleaciones de Cee-Dumbría, con 294 trabajadores directos, y de Sabón (Arteixo), con otro centenar de personas en plantilla, comenzarán a aplicar este viernes un expediente de regulación de empleo (ERE) de dos años de duración que afectará, de forma rotatoria, al total de la plantilla de Ferroatlántica en España: 550 empleados, casi 400 de ellos en Galicia. Trabajadores y empresa pactaron el ERE en la madrugada de ayer con el apoyo de los sindicatos UGT, Comisiones Obreras y USO. La CIG, en cambio, se negó a firmar el acuerdo al considerar que "no contempla ni una sola garantía de empleo y de producción industrial" para las fábricas gallegas.

El ERE temporal afecta a las dos fábricas coruñesas, la planta de Cantabria (en Boo de Guarnizo, con 144 trabajadores) y las oficinas centrales de Madrid de Ferroatlántica. La compañía, que forma parte de Ferroglobe, productor de silicio metal y ferroaleaciones participado al 55% por el Grupo Villar Mir, atribuye este ajuste laboral al precio de la energía y al resultado de la última subasta de interrumpibilidad, en la que las primas eléctricas a la gran industria cayeron un 40%.

En virtud del acuerdo, el ERE temporal se extenderá durante dos años, desde el próximo 1 de marzo hasta febrero de 2021, y se aplicará con carácter rotatorio a toda la plantilla, con un promedio máximo de afectación del 35% en cada fábrica y de un 40% de la jornada de cada trabajador, según informaron fuentes sindicales.

En cuanto a las condiciones para los trabajadores, el pacto contempla un suplemento de prestación por desempleo de hasta el 85% del salario bruto mensual de los empleados, que además recibirán el 100% de sus pagas extras y vacaciones, y treinta horas de formación.

Ferroatlántica pacta este ERE justo cuando el Gobierno central está diseñando medidas para las empresas que registran un alto consumo de electricidad para acometer su producción, con la voluntad de aprobar el Estatuto del Consumidor Electrointensivo en esta legislatura, a través del procedimiento de urgencia.

La CIG atribuyó su decisión de descolgarse de la firma del acuerdo a que se trata de un mal pacto, "sin garantías de empleo y de producción industrial, que deja a las fábricas de Ferroatlántica en el mismo escenario en el que estaban, con los hornos parados y una enorme incertidumbre", manifestó la central sindical en un comunicado.

El portavoz del comité de empresa de Ferroatlántica en la planta de Cee-Dumbría, Alfonso Mouzo (CIG), lamenta que el ERE no solo supera el año de duración que planteaba el sindicato CIG sino que además podrá prolongarse hasta un máximo de cuatro años, ya que el texto establece la posibilidad de acordar prórrogas una vez transcurridos los dos años pactados de inicio. "La empresa ni siquiera se comprometió a descartar que haya despidos en este tiempo", señala Mouzo.

En este sentido, el portavoz de la planta de A Costa da Morte muestra su preocupación por el futuro del empleo si el grupo de Villar Mir lograra por vía judicial segregar sus actividades de vinculadas a la producción de ferroaleaciones y electricidad, lo que le permitiría vender las centrales hidroeléctricas del Xallas. En tal caso, "la actividad de la planta duraría dos telediarios", reflexiona el portavoz sindical de Cee-Dumbría. La CIG solicitó a Ferroatlántica durante la negociación del ERE que retirar sus recursos judiciales contra la negativa de la Xunta a la segregación, algo que la multinacional rechazó.

La plantilla de Cee-Dumbría está convocada el viernes, día en que se empieza a aplicar el ERE, a una concentración ante la fábrica de Brens (Cee) a las doce del mediodía, en el marco del calendario de movilizaciones que promueve la CIG ante la crisis de las industrias electrointensivas. Trabajadores de Ferroatlántica y de Alcoa se unen en la lucha por conseguir un marco energético más favorable para la gran industria.