Los primeros avisos de clientes llegaron al mediodía. No podían sacar dinero en ningún cajero de Abanca, como muchos de ellos avanzaron en las redes sociales. También en ellas la entidad gallega, con dos millones de clientes, les respondía que efectivamente había una incidencia que estaba intentando solucionar.

Ya a mediodía, Abanca lanzaba un mensaje con la situación. "En estos momentos nuestros servicios a distancia no están disponibles. Estamos trabajando para solucionar el problema. Lamentamos mucho las molestias", dijo en un mensaje en Twitter, por donde también informaba de que el grave fallo del problema no afectaba al pago con tarjeta.

Al cierre de la edición de este periódico, seguían existiendo todavía problemas para operar, sin que el banco aclarase cuándo podrían solucionarse ni tampoco las causas que bloquearon el uso de todas sus plataformas.