El expediente de regulación de empleo (ERE) de dos años de duración que Ferroatlántica pactó esta semana para toda su plantilla en España (550 trabajadores) solo se comenzará a aplicar de facto en las dos factorías coruñesas, en Cee-Dumbría y en Sabón (Arteixo), ya que la planta de Cantabria a pesar de estar incluida en el plan de ajuste tiene carga de trabajo para funcionar al 100%. Los trabajadores de la factoría de A Costa da Morte acusan a la empresa del Grupo Villar Mir de "castigar a las fábricas gallegas" en represalia por la negativa de la Xunta a su pretensión de segregar las actividades de ferroaleación e hidroeléctrica para hacer caja con la venta de las centrales del río Xallas.

El ERE de Ferroatlántica reactiva el temor de la plantilla de A Costa da Morte a que la empresa venda las centrales del Xallas y acabe por cerrar la fábrica. Durante la negociación del expediente, los trabajadores solicitaron a la firma que renunciara a la vía judicial en esta pretensión, pero Ferroatlántica se negó. Hace ya un año que la firma de Villar Mir presentó un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) contra la negativa de la Xunta a la venta de las centrales. Después de que el Gobierno autonómico frustrara esta la operación, Ferroatlántica también decidió llevarse a Puertollano la inversión prevista para construir una planta de silicio solar en Arteixo.

En la fábrica de silicio de Sabón (Arteixo), con 120 empleos directos, la producción quedará reducida a un tercio desde mañana, cuando entra en vigor el ERE temporal (ERTE) que durará hasta febrero de 2021. Solo quedará en funcionamiento uno de los tres hornos, ya que la compañía parará uno y había ya otro inactivo. El portavoz del comité de empresa de Sabón, Francisco Blanco (UGT), espera que la actividad se pueda reactivar "cuanto antes" si el futuro Estatuto de la Industria Electrointensiva establece un escenario más favorable pero por ahora "no hay fechas marcadas".

En la factoría de Brens (Cee), con 294 empleados, quedarán sin actividad dos hornos de cinco, una parada que ya se hizo efectiva en enero. El lunes la plantilla se reúne con la dirección para abordar la organización durante el tiempo en que los trabajadores verán reducida su jornada de forma rotatoria. El portavoz del comité de empresa de Cee-Dumbría, Alfonso Mouzo (CIG), considera que Ferroatlántica incluyó en el expediente a la factoría cántabra y las oficinas de Madrid para que "la parte social aprobara el ERTE" pero que el ajuste está dirigido a la plantas gallegas como "un castigo a la Xunta porque no le admitió la segregación de actividades y la venta de las centrales".

Ferroatlántica achaca el ERE al marco eléctrico, pero en la factoría de Guarnizo-Maliaño (en Cantabria), de principio, la plantilla de 144 trabajadores trabajará al 100% al mantenerse la actividad en sus cinco hornos, "por necesidades de producción y para poder cumplir con todos los contratos", según aseguró el presidente del comité, Francisco de la Hoz, una información que la empresa no desmintió a los trabajadores gallegos.

La CIG -que se descolgó del acuerdo del ERE firmado por UGT, CCOO y USO el martes- reclamó ayer a la Xunta "una actuación contundente" para evitar que Ferroatlántica haga efectivo un ERTE "fraudulento". El sindicato ha convocado una protesta para mañana a las doce en la fábrica de Brens.