Nueve meses después y en plena crisis por el enfrentamiento entre el régimen liderado por Nicolás Maduro y Juan Guadó, autoproclamado presidente con el reconocimiento expreso de la UE y varios países de su entorno, el supervisor financiero de Venezuela acaba con la intervención de Banesco. Lo anunció la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) el pasado viernes. La decisión supone la devolución de los plenos poderes en la entidad a Juan Carlos Escotet, que fue muy crítico con la intervención, que achacó a una maniobra política del chavismo para intentar desviar la atención sobre los gravísimos problemas del país.

El Gobierno de Maduro anunció la intervención el 3 de mayo del pasado 2018 como una medida "de protección al pueblo" dentro de la llamada operación "Manos de papel" contra el supuesto uso de cuentas bancarias para especular, según aseguró el viceprimerministro de Economía, Wilmar Castro Soteldo, y el propio Maduro, con la moneda. Las autoridades llegaron a detener a 11 directivos, incluido el presidente de Banesco en Venezuela, Óscar Doval, de origen gallego. La mediación del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, permitió la puesta en libertad de todos en las siguiente semanas. La situación obligó a Escotet, que negó siempre los hechos, a apartarse temporalmente la dirección de Abanca para centrarse en la vuelta a la normalidad en Banesco.