Francisco Reynés (Mallorca, 1963) contestó ayer a las preguntas de los periodistas con el tono cartesiano que corresponde a un ingeniero de profesión. No se inmutó el presidente de Naturgy al interrogarle por el "enfrentamiento" con la Xunta a raíz de la solicitud cursada por su compañía para cerrar la central térmica de Meirama en 2020, una noticia adelantada por este diario el pasado 15 de enero. Justo después el presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, y el conselleiro de Industria, Francisco Conde, acusaron a la firma de "incumplir su compromiso con Galicia" y "dar la espalda" a la comunidad. Pero ayer, con motivo de la Junta General de Accionistas de la antigua Gas Natural Fenosa, le tocó responder a Reynés acerca de lo que calificó como una "discrepancia" con la Xunta sobre el futuro de la planta de Cerceda. "Somos la energética más vinculada con Galicia y queremos ser considerados una compañía gallega", dijo en Madrid ante más de cincuenta informadores del ámbito nacional e internacional. "Somos una compañía gallega, española y del mundo", manifestó a continuación.

El presidente de Naturgy rechazó el criterio de viabilidad formulado por la Xunta respecto a Meirama al señalar que las térmicas son "inviables desde el punto de vista de la rentabilidad" debido al precio del carbón y de los derechos de CO2, "que no hacen más que subir". "Más triste que una fábrica parada es una fábrica que está en marcha y que pierde dinero", dijo sobre la decisión de desmantelar las factorías de Meirama, Narcea (Asturias) y La Robla (León).

En el caso de la planta coruñesa, aseguró que la multinacional tiene "en estudio" un plan alternativo, el cual incluye un centro tecnológico de gas renovable. Este tendría una producción de biometano e inyección a la red de 4 millones de metros cúbicos anuales, además de la posibilidad futura de ampliación a una planta de mayor escala una vez evaluada su viabilidad.

El plan contempla, además, la construcción de un parque eólico con una potencia de 65MW. Ambas actuaciones, más la creación de un polo industrial, supondría una inversión de 80 millones de euros. "Como todos los proyectos, dependerá de la viabilidad y de los permisos", manifestó Reynés, que también expresó su compromiso para que 40 de los 77 empleados de Meirama sigan vinculados a la empresa, participando en los trabajos de desmantelamiento o siendo ubicados en otras unidades de la compañía. El resto se desvincularán a través de salidas pactadas.

"La descarbonización, el cuidado del medioambiente y el impulso a las renovables es algo que todo el mundo quiere", aseguró el presidente de la compañía tras vaticinar que el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) presentado por el Gobierno socialista "es una hoja de ruta clara" que se mantendrá "más o menos igual" independientemente de quién gane las elecciones el próximo 28 de abril.

Por otra parte, la compañía obtuvo un beneficio neto ordinario de 1.245 millones de euros, un 57% superior al de 2017. El Ebitda ordinario de 2018 creció un 12% hasta los 4.413 millones de euros. Durante 2018, se invirtieron 2.312 millones, un 30% más que el año anterior, de los cuales se destinó un 70% a proyectos en crecimiento.

La energética prevé incrementar en 2019 un 15% su resultado bruto de explotación (Ebitda), hasta los 4.600 millones, y alcanzar un beneficio neto de 1.400 millones. En lo que se refiere a la retribución del accionista, estima un crecimiento del dividendo del 5% en 2019, hasta los 1,37 euros por acción, frente a los 1,3 euros de dividendo total con cargo a 2018, así como el mantenimiento del plan de recompra de acciones propia por 400 millones para su posterior amortización.

Naturgy reveló que dispone de "un plan de contingencia" para garantizar el suministro de gas dada la situación política de Argelia.