Maica Bouza fue la primera mujer en optar a la secretaría general de un sindicato en Galicia, hace dos años. No lo logró -"probablemente el sindicato no estaba maduro para tener una secretaria xeral mujer", reflexiona- pero sí ocupa un puesto de primera línea en Comisiones Obreras, el de secretaria de Empleo en Galicia. Desde esa posición, Bouza llama a la ciudadanía a secundar la huelga feminista del 8-M para que la igualdad se respete como "un derecho humano" necesario para el avance colectivo. La sindicalista carga contra la apuesta en Galicia por un mercado laboral basado en los servicios de bajo valor añadido, que conlleva una precarización de la que son víctimas sobre todo las mujeres. Sin un cambio en la política laboral, "en unos años Galicia estará convertida en un desierto empresarial, en un desierto industrial y en un gran geriátrico", lamenta.

- La tasa de desempleo en Galicia ha vuelto a niveles similares a los de 2008. ¿Se acabó la crisis?

-(Ríe). En términos macroeconómicos, tanto el PIB como los ingresos y beneficios de las empresas han vuelto a niveles anteriores a la crisis. En términos de empleo desgraciadamente no. Ni la cantidad ni la calidad del empleo que se está creando están a niveles de antes de la crisis. Todavía estamos a más de 100.000 puestos de trabajo para igualar la ocupación de 2018.

- Porque una cosa es que baje el paro y otra que se cree empleo...

-Claro. En febrero el paro bajó en 1.091 personas en Galicia, pero las afiliaciones cayeron en 13.737. Perdemos población activa y sobre esa base hay una mejora estadística. La situación del mercado laboral no es buena. Se ha creado empleo pero de baja calidad y a CCOO le preocupa que se hayan desaprovechado estos años de recuperación.

- ¿La precarización es coyuntural o está en el nuevo modelo?

-El modelo de precariedad viene con intención de quedarse. No se corresponde con nuestro modelo productivo, basado en el sector servicios de menos valor añadido, que usa la mano de obra como vía para abaratar costes. En puestos de trabajo que son estructurales y no coyunturales se está utilizando la contratación precaria y eventual.

- El 35% de los nuevos contratos que se firmaron en Galicia el año pasado tuvieron una duración inferior a una semana. ¿Qué perspectivas tiene un trabajador con este tipo de contratación?

-Es una tasa de precariedad muy elevada. Estamos ante un modelo de aprovechamiento de la mano de obra tremendamente preocupante. Tenemos un sector empresarial poco moderno que busca la forma más fácil de ahorrar costes en vez de buscar la productividad a través de una mayor implicación y calidad de la mano de obra.

- ¿Y las implicaciones sociales de la precariedad? ¿Se puede fomentar la natalidad en Galicia en estas condiciones?

-La precariedad es un problema social. Si tienes un contrato precario, tienes un salario precario y no puedes desarrollar un proyecto de vida. Además estamos asistiendo al fenómeno de los trabajadores pobres. La precariedad afecta al proyecto de vida presente y a las prestaciones futuras. Si tienes salarios bajos, tendrás una pensión que requerirá de un complemento a mínimos. Con cotizantes por salario mínimo y jubilados por salarios precrisis, hay insuficiencia en la financiación de las pensiones. Si tenemos salarios que a duras penas permiten vivir con dignidad, difícilmente permiten consumir, invertir y contribuir a la recuperación económica.

- Son las mujeres quienes acceden mayoritariamente al empleo precario. La brecha salarial de género es del 27,5% en Galicia. ¿Cuándo dejará de ser un lastre ser mujer en el mundo laboral?

-Mujeres y jóvenes sufren la precariedad. Hemos avanzamos muchísimo en el marco legislativo pero no en la igualdad real. Por desgracia las mujeres se incorporan al mercado laboral en condiciones que no son iguales a las de los hombres. Siguen existiendo muchos estereotipos de género, discriminaciones en el acceso al empleo y mayores dificultades en la promoción. Se valora subjetivamente que una mujer en edad fértil va a tener más ausencias a su puesto de trabajo. No se valora la función social de la maternidad ni la ausencia de medidas y servicios públicos para conciliar. La tasa de paro de las gallegas en los niveles de formación más elevados es del 9% y la de los hombres, del 5,9%. La paradoja es que el nivel de formación de las mujeres es muy superior. Es el techo del cristal.

- ¿Equiparar la baja de paternidad con la de maternidad sería un avance?

-Puede ser un avance. Porque la maternidad penaliza a las mujeres.

- ¿Hace huelga este viernes?

-Sí, claro. Desde CCOO entendemos que el derecho de igualdad de las mujeres con los hombres es un derecho humano y no se está cumpliendo. Por eso convocamos una huelga laboral de dos horas por turno. La igualdad tiene que empezar en el ámbito laboral. La independencia económica hace a las mujeres libres e iguales. Ser conscientes de que hay una situación desigual y poner los medios es la única manera de superarla.

- Las mujeres son el 47,2% de los trabajadores en Galicia. ¿Qué cuota tienen en los sindicatos?

-La afiliación de las mujeres es la que más ha crecido en CCOO desde la crisis y supera el 40%. CCOO está comprometida con la igualdad desde su fundación. La dirección de Galicia la formamos cinco mujeres y cuatro hombres. Hay un compromiso real con la igualdad, probablemente insuficiente. Los sindicatos somos un reflejo del mercado laboral y la dificultad para conciliar también se da, por ejemplo, con reuniones fuera del horario laboral.

- Pero la imagen sindical sigue siendo masculina.

-Sí, es indiscutible. Los secretarios generales de los sindicatos son hombres. La imagen que se transmite es masculina y es injusta.

- Hace dos años aspiró a secretaria xeral. ¿Para cuándo una mujer al frente de un sindicato?

-Sí, fui la primera mujer que optó a una secretaría general de un sindicato en Galicia y para mí fue un orgullo. Estamos inmersos en una sociedad machista. El sindicato probablemente en Galicia no estaba maduro para tener una secretaria xeral mujer. Además yo no estaba en la corriente política mayoritaria.

- ¿Y estaría maduro ahora?

-La sociedad ha cambiado mucho en estos dos años. El 8-M de 2018 fue un aldabonazo importante. Vi un cambio en mi organización y en el conjunto de las sociedad. La desigualdad pasó a visibilizarse como un problema social.

- ¿La convocatoria del 8-M este año qué papel juega?

-A lo mejor no tiene la grandiosidad del año pasado, pero creo que va a haber una movilización importante para dar continuidad. Estamos en un momento muy convulso políticamente y extremadamente peligroso para las mujeres: el auge de un discurso muy retrógrado terriblemente reaccionario contra la igualdad. Ni las mujeres podemos consentir ni los hombres deben permitir que se retroceda.

- La dependencia de la economía coruñesa del sector servicios relega la industria al 16% en la provincia y al 9,5% en la comarca, frente al objetivo del 20% que marca la UE. Las crisis de Alcoa, Ferroatlántica o Isowat agravan la destrucción de tejido industrial. ¿Se puede revertir?

-Se podría si la Xunta apostara por la industria como modelo de desarrollo económico. No podemos seguir apostando solo por el sector servicios. Galicia tenía una base industrial tradicional que se ha abandonado por la ausencia de políticas industriales. Se ha apostado por un sector servicios de fácil crecimiento pero de bajo valor añadido, que no es motor de actividad económica, ni consolida empleo ni crea tejido productivo a su alrededor. Nos encontraremos en un años con que tenemos Galicia convertida en un desierto empresarial, en un desierto industrial y en un gran geriátrico.