La fabricante aeronáutica Boeing insistió ayer en la seguridad de su gama de aviones 737 MAX y remitió a la autoridad de aviación estadounidense (FAA), que mantiene su condición de "aeronavegable", para argumentar que "no hay razones para emitir nuevas directrices a los operadores".

En apenas dos días desde el accidente de un Boeing 737 MAX 8 en Etiopía que se cobró 157 vidas, la compañía se enfrenta a una grave crisis en la que va encaminada a perder ya 30.000 millones de dólares, entre una cascada de prohibiciones del modelo en Europa y otros países del mundo, así como por parte de aerolíneas. "La seguridad es la prioridad número uno de Boeing y tenemos total confianza en la seguridad del 737 MAX. Entendemos que las agencias regulatorias y clientes hayan tomado decisiones que creen apropiadas para sus mercados domésticos", dijo en un comunicado tras la suspensión emitida por la Agencia Europea de Seguridad Aérea.

"Seguiremos en contacto con ellos para asegurar que tienen la información necesaria para tener confianza al operar sus flotas", indicó Boeing, que remitió a la a Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA). La FAA "no está ordenando ninguna nueva acción en este momento, y en base a la información disponible actualmente, no tenemos razones para emitir nuevas directrices a los operadores", señaló la fabricante de aviones radicada en Chicago (EEUU).