El Grupo Villar Mir, propietario de Ferroatlántica, no da por perdida la oportunidad de hacer caja con los saltos hidroeléctricos que posee en A Costa da Morte. Las centrales del río Xallas podrían tener un nuevo comprador, ya que la multinacional española de infraestructuras Ferrovial estudia la adquisición de estos activos para irrumpir en el negocio de las energías renovables. La operación no será posible a menos que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) anule la decisión de la Xunta de impedir la segregación de los negocios de Ferroatlántica en Cee-Dumbría (ferroaleaciones e hidroeléctrico), que bloquea la venta. La plantilla confía en que la Justicia mantenga el veto; si lo levanta, la venta de las centrales supondría la desaparición de la fábrica y sus 300 empleos directos, alerta el comité de empresa.

Ferrovial está entre los grupos que han mostrado interés por los activos hidroeléctricos de Ferroglobe (multinacional en la que se integra Ferroatlántica) en Galicia, según avanzó ayer la prensa económica especializada. La compañía de ferroaleaciones había llegado a un acuerdo hace dos años con la canadiense Brookfield para venderle las centrales del Xallas por unos 250 millones de euros, una operación que el veto de la Xunta a la segregación echó por tierra en julio de 2017. La empresa atraviesa una situación económica delicada y necesita desinvertir para afrontar sus planes de reestructuración. Agotada la vía administrativa, Ferroatlántica recurrió el "no" de la Xunta ante el TSXG en febrero del año pasado.

La venta de centrales sigue pendiente de la decisión de la Justicia. La plantilla confía en que la sentencia vaya en línea con la postura de la Xunta, para poder mantener la actividad industrial y el empleo. "Si las centrales hidroeléctricas se llegan a vender, este centro de trabajo cierra seguro", alerta Suso Casais, miembro del comité de empresa de Ferroatlántica en Cee-Dumbría. El representante sindical señala que la producción eléctrica de estos saltos sirve para moderar el coste energético de la factoría y que "al precio que está el megavatio y sin energía estable, la fábrica no sería viable sin las centrales", que necesita gran cantidad de energía para producir silicio, manganeso y silicomanganeso.

Casais lamenta que la situación económica de la empresa es "crítica" y acusa a la dirección de no informar "de nada" al comité, que desconoce los planes de futuro de la plantilla. La plantilla está afectada por un expediente de regulación de empleo (ERE) de dos años que Ferroatlántica achaca a la carestía de la electricidad y los malos resultados de la última subasta de primas eléctricas.

Mientras la empresa no pueda segregar la actividad de la fábrica de Brens (en el municipio de Cee) del negocio hidroeléctrico en A Costa da Morte, "si Ferrovial quiere comprar las centrales tendría que comprar la factoría también", argumenta el integrante del comité.

Los trabajadores de Ferroatántica continúan con las movilizaciones y están convocados esta tarde a una nueva protesta, a las 17.30 horas, ante la fábrica de Sabón (Arteixo), la otra que tiene el grupo en Galicia, con 120 empleos directos. La concentración, convocada por la CIG, tiene como finalidad demandar soluciones para la industria electrointensiva, que como Alcoa, Ferroatlántica, Megasa, Celsa Atlántica o Showa Denko Carbón tiene una alta dependencia de la energía.

El secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, criticó el proyecto de estatuto de consumidores electrointensivos presentado por el Gobierno, al que la central sindical presentó ayer alegaciones, por entender que provoca "más agonía" para este sector. "Las pujas son una perversión, quien paga las cuantías económicas de los paquetes que luego se adjudican a las empresas somos nosotros", dijo Carril en referencia a todos los consumidores. Por ello, manifestó que la CIG plantea que el pago de estas ayudas sea a través de los Presupuestos Generales del Estado.