Caixabank y los sindicatos iniciaron la pasada semana la negociación oficial del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que la entidad quiere dar salida a 2.157 trabajadores. Su nuevo plan estratégico hasta 2021 contempla una reducción del 7% de la plantilla y la clausura del 18% de la red (821 sucursales urbanas) dentro de su apuesta por el modelo de oficinas store: más grandes, con gestores especializados y horario hasta las seis y media de la tarde. No es una metamorfosis muy diferente a la del resto de los operadores del sistema financiero español, donde sigue el goteo incesante de cierres tras la reestructuración a fondo que la banca llevó adelante durante la crisis económica. Al argumento de la irrupción de las nuevas tecnologías se unen los malabarismos de las entidades para mejorar la rentabilidad ante el poco margen que dejan los tipos de interés, en su mínimo histórico. A Caixabank le seguirá este mismo año el ajuste del Santander para digerir la compra del Popular-Pastor. Los dos procesos tendrán un relevante impacto en Galicia porque es un territorio fuerte para ambos grupos financieros y ahondarán en la merma de la red bancaria autonómica, en niveles de hace 42 años.

En Galicia había 1.499 sucursales al cierre del pasado 2018, según los datos que acaba de actualizar el Banco de España. Las mismas que en 1977. Durante el último ejercicio echaron la persiana otras 62. Suma y sigue en los cierres desde que el sector marcó su máximo en septiembre de 2008 „cuando los bancos disponían en la comunidad de 2.539 oficinas„ y arrancó el ajuste provocado por el pinchazo de la burbuja del ladrillo y el baile de fusiones.

La forzada y fatídica fusión de las cajas gallegas, las dos con una red muy capilarizada, marcó un antes y un después en la capacidad instalada del sector en Galicia, que llegó a liderar durante varios años los cierres en toda España. Y pudo haberse mantenido así, si no fuera por la decisión del Popular de recuperar la ficha bancaria y la marca del Pastor como filial regional.

Galicia perdió el 41% de las sucursales (1.041). Ourense y Pontevedra son las más afectadas, con una disminución del 48,1% y del 44,4%, respectivamente. La banca cerró en A Coruña el 39% de su red y casi un 30% en Lugo.

En el conjunto del país, el adelgazamiento se ha llevado por delante 19.952 oficinas, el 43,3% del total. La región con más cierres es Cataluña, donde el desplome roza el 56%. Le siguen Comunidad Valenciana (46,9%), Madrid (47,5%) y Castilla y León (46,8%). Las comunidades con menor ajuste en comparación con el récord de oficinas de septiembre de 2008 son País Vasco (33,9%), Navarra (32,3%), Extremadura (22,9%) y Castilla-La Mancha (25,4%). Las estadísticas también del Banco de España sobre número de empleados solo llegan hasta 2017. El recorte ronda el 31%: 85.675 trabajadores menos en todo el Estado.

En el marco del ERE, Caixabank trasladó a los sindicatos en la toma de contactos que el excedente en Galicia „donde tiene 800 empleados y 190 oficinas„ asciende a 65 trabajadores y 34 sucursales. Los ajustes se centrarían en las grandes ciudades, en línea con su intención de agrupar oficinas pequeñas en espacios más grandes en áreas urbanas.

¿Y el ajuste del Pastor? Ya sin marca propia, la parte que todavía operaba como Popular y las suyas propias, el grupo Santander aglutina alrededor de 250 sucursales en Galicia. La plantilla ronda los 1.000 efectivos. Por esa convivencia de tres sistemas operativos diferentes, aquí comenzó la fusión tecnológica. Concluyó con éxito hace un par de semanas y una vez que se complete el proceso en el resto de España, el banco prevé ponerse con la reestructuración de red y las negociaciones del ERE, que algunos medios sitúan en unos 3.000 puestos.