"La solución italiana es posible aquí también", reivindica Julio Moskovich, delegado de la CIG en el comité de empresa de la fábrica de Alcoa de A Coruña. "Si este año no es viable rearrancar la electrolisis, puede serlo el año que viene. Para eso el Estado tiene que intervenir", resume al trababajador. Por "solución italiana" el representante sindical se refiere a la reactivación industrial que se hizo de la fábrica de aluminio de Alcoa en Portovesme (Cerdeña) con participación pública. El informe jurídico elaborado por Carlos Aymerich analiza ese caso como modelo a seguir.

Alcoa compró la factoría de Portovesme en 1996 y en 2011 anunció su intención de cerrar. La clausura se consumó en 2014 al no aparecer inversores. Ese año el Gobierno sardo trató de relanzar la actividad en colaboración con la suiza Glencore, que al año siguiente se retiró del proyecto. Entonces otra empresa, Syder Alloys, mostró interés y el holding público Invitalia acordó con Alcoa retrasar el desmantelamiento doce meses. Finalmente la firma se queda con el 75% del capital, Invitalia con el 20% y los trabajadores con el 5%. La producción se reanudará el mes que viene.