Galicia perdió 917 oficinas bancarias desde 2008, el 35% de ellas en la provincia de A Coruña, según el informe Cierre de Oficinas Bancarias y Acceso al Efectivo en España, elaborado por Concha Jiménez, directora general de Efectivo y Sucursales del Banco de España, y Helena Tejero Sala, directora del departamento de Emisión y Caja de la entidad supervisora. El estudio, al que se refirieron las autoras el pasado 9 de abril en una conferencia, sitúa a la gallega como la sexta comunidad que más oficinas perdió en términos absolutos y también porcentuales (-37%) tras Cataluña (-50,7%), Valencia (-45,3%), Madrid (-42%), Aragón (40,2%) y Murcia (38,6%).

"La consolidación del sistema financiero español ha supuesto, entre otras medidas, el cierre de oficinas bancarias en todo el territorio nacional, un proceso que puede ser atribuido a la necesidad de ajustar la capacidad y reducir los costes tras la fuerte expansión experimentada en años anteriores", explica el informe elaborado por el Banco de España.

Desde 2008, el número de oficinas de entidades de depósito disminuyó en 17.873 con Cataluña a la cabeza. "El mismo fenómeno de cierre de oficinas bancarias se ha producido en los países de la eurozona aunque en menor magnitud", admite el documento elaborado por Concha Jiménez y Helena Tejero.

"A pesar del elevado número de oficinas cerradas, en 2017 España seguía siendo uno de los países con mayor número de oficinas por habitante, aunque la diferencia con otros países miembros se ha reducido", señala.

El informe, que describe la importancia del efectivo y el impacto que la reducción de oficinas bancarias y cajeros automáticos tiene en el acceso al mismo, analiza las medidas compensatorias que han puesto en marcha las entidades financieras para mitigar este efecto en la población española. "Para compensarlo „precisan Jiménez y Tejero„ la banca ha reaccionado implantando centros desplazados de atención, como las oficinas móviles ofibuses o los agentes financieros que, sin establecimiento permanente, atienden a los clientes periódicamente en aquellos puntos donde ya no existe oficina bancaria".

El efectivo es el medio de pago más habitual en España. La última encuesta del supervisor establece que es el preferido por el 53% de la población, seguido por la tarjeta de débito (41%) y la tarjeta de crédito (6%), dato compatible con los estudios del BCE.

"Internet facilita las operaciones bancarias y evita la exclusión financiera, pero el cierre de oficinas dificulta el acceso al efectivo al segmento de población que lo usa como medio de pago principal y único", advierte el artículo.

Como resultado de todo ello, se estima que la proporción de población española que no dispone de puntos cercanos de acceso al efectivo es aproximadamente el 3% del total nacional.

En torno a 1,5 millones de habitantes vive en pequeños municipios sin una sucursal bancaria, y aunque puedan hacer ciertas operaciones de forma online, hay casi un millón de habitantes que ni siquiera tiene acceso a un cajero automático u otra opción para retirar efectivo. Según datos del Banco de España, a cierre de 2018 había 4.196 municipios sin una sucursal bancaria, 627 más que hace una década.

El informe reconoce que "el cierre de oficinas no ha afectado de forma lineal a la población española". En este sentido, el impacto ha sido más acusado en los municipios pequeños y también en los de más de 10.000 habitantes, "donde la concentración de sucursales y cajeros era inicialmente mayor".

Por su parte, la reducción de oficinas en los municipios pequeños "responde, en gran medida, a la necesidad de las entidades de adaptar su red ante la pérdida de habitantes que estas poblaciones vienen sufriendo por el proceso de descenso demográfico en las zonas rurales en España".

El estudio de Jiménez y Tejero realiza un balance entre los años 2008 y 2017 y determina que, en ese periodo de tiempo marcado por el inicio de la crisis económica, el número de entidades bancarias en España disminuyó un 28% y las oficinas bancarias redujeron su número en un 39%.

El documento hace referencia a la variación neta de oficinas y revela que el que número ha descendido "de forma constante" desde 2008, "aunque no todo han sido cierres sino que se han registrado algunas aperturas para reforzar la red en determinadas zonas geográficas". De esta forma, el número de oficinas operativas de entidades de depósito a finales de 2017 se sitúa en 27.706, según los datos publicados por el Banco de España. Los bancos tradicionales y las cajas de ahorros "son los que más han ajustado su red desde 2008, mientras que las cooperativas de crédito apenas han alterado su número en todo el tiempo que duró la crisis".

En niveles de 1981

"Tras el recorte de oficinas bancarias de entidades de depósito, su número se sitúa a niveles de diciembre de 1981, cuando se registraban 27.676 oficinas", comenta el informe del supervisor.

En cuanto a los de datos de exclusión financiera por autonomías, Galicia es la sexta comunidad con menos municipios sin oficinas bancarias en términos absolutos (41) y la quinta (-2%) en cuanto a población afectada sobre el total español. Estos 41 municipios, en el que residen más de 53.000 gallegos, están repartidos de la siguiente forma: 10 en la provincia de A Coruña (con un total de 21.063 habitantes); 25 en la de Ourense (27.011 habitantes); 2 en la de Pontevedra (1.806) y 4 en la de Lugo (3.173). Durante el periodo analizado, A Coruña perdió 320 oficinas; Pontevedra, 332; Ourense, 173; y Lugo 92.

"El mapa del acceso al efectivo está en constante evolución al albur de las decisiones del sector bancario, la migración geográfica y las medidas que introducen algunas entidades. De su evolución, será preciso realizar un seguimiento continuado para verificar que el acceso al efectivo sigue estando a disposición del mayor número posible de personas en España", concluye el informe elaborado por Concha Jiménez y Helena Tejero.