La huelga convocada en Portugal por el Sindicato Nacional de Motoristas de Matérias Perigosas (SNMMP) forzó al Gobierno luso a intervenir después de que los aeropuertos de Lisboa y Faro hubiesen agotado ayer sus reservas de combustible para los aviones y estuviese en riesgo la operatividad en los puertos e incluso en los parques de bomberos u hospitales. A última hora de ayer, según un registro elaborado por la plataforma de usuarios Voluntários Digitais em Situações de Emergência (VOST Portugal), eran más de cien las estaciones de servicio del norte del país que registraban problemas de desabastecimiento. En concreto estaban situadas en los distritos de Oporto y Braga, en localidades como Vila Verde, Vila Nova de Gaia, Trofa, Póvoa de Varzim, Matosinhos, Paredes, Maia, Famalicão o Barcelos. Los mayores problemas de desabastecimiento se concentraban en Lisboa, con estaciones afectadas en Coimbra, Faro, Aveiro o Setúbal.

"Si no fuera retomado el abastecimiento en las próximas horas, podríamos tener perturbaciones en la operación aérea", dijo el ministro de Economía, Pedro Siza, al informar sobre la intervención del Ejecutivo. "La huelga es un derecho fundamental, pero no puede poner en peligro los servicios esenciales", defendió el titular de Economía. Los sindicatos exigen que se cree una categoría profesional específica para los transportistas de mercancías peligrosas. Tras la convocatoria de huelga el Gabinete de António Costa había fijado unos servicios mínimos del 40% que, según denunció Siza, no se estarían cumpliendo. La prensa local ha relatado episodios de piquetes para impedir que repostaran camiones cisterna. Aeropuertos de Portugal (ANA) informó que las petroleras dejaron de abastecer el aeropuerto de Faro el lunes y que en esta infraestructura ya se están utilizando las reservas de emergencia. El otro aeropuerto afectado es el de Lisboa, donde las petroleras dejaron de suministrar combustible ayer.