El presidente de la Aluminum Company of America (Alcoa), Roy Harvey, presentó ayer en Pittsburg (Estados Unidos) las cuentas del primer trimestre del año de la multinacional: Alcoa perdió 199 millones de dólares (176,1 millones de euros) entre enero y marzo y el 78% de esas pérdidas se deben, según Harvey, al impacto negativo del proceso de cierre de las plantas de A Coruña y Avilés. Ambas factorías, actualmente en proceso de venta, dejaron de producir aluminio primario en febrero y mantienen por ahora a sus casi 700 trabajadores (375 en A Coruña y 313 en Avilés), según lo acordado con la plantilla en enero en el expediente de regulación de empleo ( ERE), que aplaza al 1 de julio el despido colectivo, si no hubiera comprador.

El relato de la compañía señala a las plantas coruñesa y avilesina como culpables de los malos datos globales en el arranque de 2019. Los resultados expuestos por Harvey incluyen un impacto negativo de 156 millones de dólares (138 millones de euros) derivados principalmente del proceso de despido colectivo en las plantas de Avilés y A Coruña, según expuso en Pittsburg el mayor productor estadounidense de aluminio. La cuantía es elevada teniendo en cuenta que en todo el año 2018 la empresa estimaba en unos 74 millones de euros las pérdidas conjuntas de las dos plantas españolas de las que se quiere deshacer. Ahora, el lastre económico ascendería en un solo trimestre al doble del cifrado en todo el año pasado.

Alcoa argumentó que durante el primer trimestre la situación generada por las plantas de A Coruña y Avilés le obligó a reducir la producción „tiene una capacidad operativa de 124.000 toneladas métricas de aluminio al año„ y ambas se mantienen en condiciones de reinicio hasta el próximo 30 de junio. Como parte de este proceso, la compañía registró cargos por valor de 120 millones de dólares (106,2 millones de euros) de enero a marzo, el 80% relacionado con las amortizaciones de activos fijos e inventarios.

Para el segundo trimestre, la multinacional americana espera unos cargos adicionales estimados entre 70 y 125 millones de dólares (entre 61,9 y 110,6 millones de euros), dependiendo del proceso de despido colectivo, un 75% de los cuales serían desembolsos de efectivo en 2019.

Las pérdidas globales de Alcoa en el primer trimestre de este año contrastan con las ganancias de 195 millones de dólares (172,5 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.

Más allá del impacto de las plantas en vías de cierre, la compañía redujo su facturación a consecuencia del descenso del precio de la alúmina (que produce en San Cibrao para todas sus fábricas de aluminio de Europa) y el aluminio. Los ingresos de Alcoa entre enero y marzo alcanzaron los 2.719 millones de dólares (2.406 millones de euros), un 19% menos, debido al descenso del precio de la alúmina y el aluminio.

"Mejoramos nuestras operaciones en el primer trimestre, incluso cuando los precios de la alúmina y el aluminio se debilitaron", aseguró el presidente de Alcoa, quien indicó que los segmentos bauxita y alúmina aumentaron sus tasas de producción y la compañía tomó medidas el último trimestre para reestructurar su cartera de aluminio.

El beneficio bruto de explotación (Ebitda) ajustado, excluyendo ítems especiales, fue de 467 millones de dólares (424,3 millones de euros), un 39% menos respecto al año anterior, mientras que la deuda neta de la compañía se situó en 786 millones de dólares (695,6 millones de euros).