Cerca del 22% del empleo en España puede desaparecer en los próximos años debido a la automatización y más de un 30% puede sufrir cambios significativos, advierte un informe presentado ayer por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). El estudio alerta además del repunte de la precariedad y la temporalidad.

Según las estimaciones del Observatorio del empleo 2019, la situación en España es algo peor que en la media de sus 36 países miembros. En el cómputo global los empleos en riesgo de desaparecer son el 14%, aunque con grandes variaciones: en Eslovaquia ascienden al 33,6% mientras que en Noruega son apenas el 5,7%. La digitalización, la globalización y la precariedad son los grandes retos del empleo a escala global, apunta la OCDE, que llama a la cooperación de gobierno, empresas y trabajadores para una transición que "funcione para todos" y que, en el caso de España señala que "no será fácil".

El informe, sin embargo, no llama la atención sobre la destrucción de puestos de trabajo porque cree que surgirán nuevos empleos en una proporción similar, sino sobre el posible deterioro de la "calidad y la equidad" en el mercado laboral.

Su "preocupación" se centra en "la calidad de ciertos empleos emergentes", porque la precariedad podría azuzar las "disparidades" y cebarse con mujeres, jóvenes y personas mayores sin cualificación. Por eso, pide al Gobierno español que actúe para "extender la protección laboral más allá del empleo estándar", entendiendo éste como el indefinido y a tiempo completo.

El estudio apunta que el empleo temporal en España supone ya el 26,7% del total, entre los mayores de la OCDE, mientras que el trabajo a tiempo parcial (5,3% del total) y los llamados "falsos autónomos" (19,1%) están por debajo de la media del bloque, en su mayoría economías avanzadas. "El rol jugado por el marco regulatorio es crucial en la protección de los trabajadores", subraya el texto, que pide reforzar "los derechos y la protección" de los trabajadores atípicos, en referencia a los que no tienen lo que llama "empleo estándar".

Por eso, llama a combatir "el falso trabajo por cuenta propia", eliminar los "incentivos fiscales que fomentan una errónea clasificación de los trabajadores" y extender "la protección a la zona gris situada entre el trabajo por cuenta propia y el empleo dependiente". Además, insta a volver a equilibrar "el poder de negociación", que a su juicio es "actualmente favorable a los empleadores". En general, cuando se refiere a sus 36 miembros, la OCDE receta negociación colectiva, formación continua y políticas sociales para proteger a los colectivos más vulnerables para paliar los problemas que puede generar la digitalización.