España es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que ha destruido desde 2010 más empleos con una productividad por encima de la media, lo que ha tenido consecuencias en la caída de los salarios reales.

Hasta 2018, desaparecieron en España 483.000 empleos con una productividad superior a la media, lo que supone una caída del 2,5%, que es superior incluso a la de Grecia (-2,1%, con 98.000).

Relacionado con lo anterior, en España desaparecieron 413.000 empleos con una remuneración por encima de la media (-2,1%), mientras se generaron 285.000 con sueldos inferiores (+1,4%). Los datos fueron peores para Grecia, con una caída del 3,8% para los que tenían un salario superior a la media.

Otros países donde hubo un recorte del empleo más productivo fueron Portugal (-1,1% con 54.000), Bélgica (-0,5% con 20.000), Italia (-0,4% con 110.000) y Finlandia (-0,2% con 5.000).