La renovación que afronta desde 2016 Adolfo Domínguez ha devuelto los números positivos a las cuentas del grupo empresarial ourensano, que ayer remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los resultados de actividad correspondientes al ejercicio 2018/2019 y que, por primera vez en siete años, arrojan un resultado operativo (Ebitda) positivo de 1,2 millones de euros fruto de un incremento del 153% con respecto a las anteriores cuentas anuales de la textil.

La empresa, que tocó fondo en 2015 con una cifra de -ventas de 17,8 millones de euros, alcanzó a cierre de febrero de 2019 una facturación de 112 millones de euros. El resultado antes de impuestos también es positivo (+1,1 millones de euros); y el neto atribuido después de deducir impuestos se sitúa en -0,5 millones frente a los -6,9 de hace un año. La subida de 6,4 millones de euros implica una mejora de la rentabilidad del 92,7%. En el canal online las ventas se incrementaron en un 70,1% durante el ejercicio. Además, la compañía facturó un 5,9% más que hace cuatro años a pesar de haber reducido su red, con 153 tiendas menos.

Este escenario de regreso de Adolfo Domínguez a la senda de los beneficios se produce tras una profunda reestructuración en la compañía liderada por la hija del diseñador ourensano, Adriana Domínguez, consejera delegada del grupo desde mayo de 2018, que ayer presentó los datos en la sede de la empresa en el polígono de San Cibrao das Viñas acompañada del director general Antonio Puente y de la directora de Márketing y e-ecommerce, Patricia Alonso. "En el comité de dirección estamos muy orgullosos de haber sido capaces de hacer esto con equipo interno, de la casa, trayendo el negocio de vuelta a Galicia y apostando por una marca que forma parte del legado de España". Además, destacó Domínguez, un esfuerzo "hecho por nosotros a pulmón", sin recurrir a préstamos bancarios.