Cuando Josefina Fernández Miguélez se sentó con Julio Fernández Gayoso para convencer al expresidente de Caixanova del enorme recorrido que tenía aquí y fuera de Galicia la atención sociosanitaria y lograr el apoyo financiero de la entidad, probablemente ni ella misma era consciente de todo lo que vendría después. O quizás sí. "Es una visionaria de esto", coinciden varios expertos del sector. Chefi, como la conocen todos, entró en 1994 en Geriatros, con la gestión entonces de una sola residencia de mayores en el concello coruñés de Cabana. La caja de ahorros y su antigua filial, Banco Gallego, compraron el 30% del capital en marzo de 2002. Fue el pistoletazo de salida a una transformación de vértigo hacia lo que hoy es DomusVi, líder nacional en servicios de geriatría, teleasistencia, salud mental y discapacidad. Su historia es un fiel reflejo de la revolución que está viviendo la actividad en España y particularmente en comunidades como Galicia, donde el invierno demográfico golpea con más fuerza. Un buen ejemplo de la expansión del negocio al amparo del envejecimiento de la población, de la cada vez mayor concentración en grandes operadores y del voraz apetito que despierta en grupos extranjeros, fondos, inversores patrimonialistas y constructoras.

"Es un sector que se mueve desde hace tiempo ya, pero la crisis distorsionó todo", apunta Pelayo Novoa, socio director de BDO en Galicia. El reciente informe de la consultora sobre los retos y las perspectivas de la inversión en la autonomía sitúan la salud, junto con el deporte, como la segunda área más atractiva para nuevos proyectos. "Había y hay una demanda insatisfecha „remarca Novoa„ y es lógico que aumente la oferta para atenderla, aprovechando además que el suelo dotacional reservado en los desarrollos urbanísticos de las ciudades tiene unos usos muy restringidos y uno es este".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por cada 100 habitantes de 65 o más años existan 5 plazas residenciales. La media en el país se sitúa en 4,2, como recoge el último balance del equipo de "Envejecimiento en red" del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Pese a que Galicia es uno de los territorios con más gente en esa franja de edad „casi 673.000 residentes, el 24,9% de la población„, tiene la cuarta ratio más baja del Estado (3) y en el caso de las provincias de Pontevedra y A Coruña baja hasta las 2,4. "Estamos muy lejos de los niveles considerados como adecuados, así que hay mucho margen para construir plazas", señala Miguel Ángel Vázquez, presidente de la Sociedade Galega de Xeriatría y director de Caligers, consultora especializada en el sector. "Eso no significa „añade„ que el mercado tenga que ir hacia grandes operadores, que muchas veces buscan la generación de rentabilidad interna frente a las empresas más pequeñas vinculadas la producto".

Con la doble recesión pasada, la atención sociosanitaria amasó entre 2015 y 2017 unos 2.000 millones de euros de inversión en España. En ese importe se incluye parte de los sucesivos cambios de manos de Geriatros. El fondo Magnum, al que la vieja Novagalicia vendió la firma con sede en Vigo por 45 millones dentro de su plan para hacer caja tras el rescate público, pasó la propiedad al también fondo PAI Partners, que colocó a Geriatros y a su otra gran adquisición en el sector de la tercera edad en España „la empresa catalana SARquavitae„ bajo el paraguas del grupo francés HomeVi. Ahí siguen, aunque con nuevos propietarios (el fondo Intermediate Capital Group y la sociedad Sagesse Retraite Santé) e integrados en la marca DomusVi.

El ahora gigante dirigido por Josefina Fernández supera las 22.000 plazas residenciales. La facturación rozó los 485 millones de euros en 2017 y, a la espera de los resultados definitivos, su previsión era alcanzar 532 millones el pasado 2018. El negocio de DomusVi crece a casi doble dígito. Y no es una excepción en el mercado español, con un volumen de ventas anuales por encima de los 4.300 millones de euros a estas alturas, según los cálculos de varias firmas financieras.

El resto de los grupos de referencia en la geriatría española lleva a las espaldas una historia y una estructura accionarial parecida, sino idéntica, a la de DomusVi. Nacieron en la cartera industrial de otras entidades financieras o como pequeñas empresas en sus respectivas regiones de origen, son la suma de varias operaciones corporativas y la mayoría está controlada por capital foráneo. Orpea Ibérica, con 8.700 plazas y unos 143 millones de cifra de negocio, es filial del grupo galo Orpea; de Francia es también Maisons de Famille, que gestiona Amavir (6.399 plazas y 151 millones de facturación); en Bélgica está Armonea, que lleva La Saleta (4.500 plazas e ingresos de 54,5 millones); y la británica Bupa es dueña de Sanitas, con una división de Mayores que cuenta con 6.117 plazas.

La aseguradora de origen gallego Santa Lucía posee el 75% del capital de Ballesol, tercera del ranking (7.000 plazas y una cifra de negocios de 133 millones). Y los fondos CVC y Portobello reúnen el 80% y el 10%, respectivamente, de la cuarta gran operadora española del sector, Vitalia: 6.900 plazas e ingresos en 2017 de 91 millones de euros.

¿A qué responde ese enorme interés de grupos especializados de otros países, sobre todo franceses? "La capacidad de plazas para la tercera edad en otras zonas de Europa está prácticamente al 100%, poco se puede hacer en ellos, y la demanda no cubierta en España anima a venir a los operadores procedentes de mercados más maduros", explica Juan de Dios Punzano, director de gestión de la consultora de desarrollo de proyectos de centros residenciales Angomed. La compra de empresas españolas sirve de puerta de entrada en un sector "aún en construcción", opina. "Los fondos, los grupos de seguros, grandes inversores... Hay perfiles de muchos tipos", señala De Dios, que asegura que la rentabilidad hoy del negocio puede moverse "entre un 15% y un 20%".

"La rentabilidad depende siempre del tipo de negocio. No se le exige lo mismo a un activo de riesgo que a otro con cierta seguridad, y en este caso la principal ventaja son los flujos de caja estables", asegura Pelayo Novoa, de BDO, en referencia a las cuotas de los clientes, con un precio medio en España de alrededor de 1.800 euros al mes y teniendo en cuenta, además, que las administraciones conciertan un elevado porcentaje de sus plazas. Es uno de los drivers que se estudian en las operaciones. También el número de plazas, la capacidad de crecimiento, los números históricos... En el mercado hay mucha pequeña empresa que pasa a grandes compañías especializadas por la jubilación de sus propietarios o por ofertas tentadoras que invitan a deshacerse del negocio familiar, sin olvidar, destaca Novoa, el "gran momento para desinvertir en los grupos empresariales que en los últimos 20 años entraron en el sector sin que sea su actividad principal". "Aunque últimamente nos llegan más interesados en comprar „revela„ que propietarios pequeños que quieran vender".

Tantos destellos lanza el sector que las constructoras "han visto en él una salida a parcelas paralizadas durante los últimos ocho o diez años", asegura el responsable de Angomed. "En España hay 2.000 terrenos y edificios que podrían ir para un proyecto así. Las constructoras se han dado cuenta que pueden entrar", según De Dios. Ellas levantan las instalaciones y firman un contrato para la gestión del negocio a firmas geriátricas. O a la inversa. Aprovechando el tirón inmobiliario, las compañías del sector firman contratos de s ales & lease back con inversores para ganar músculo financiero vendiéndoles los edificios y seguir en ellos en régimen de alquiler. Incluso se están creando socimis por parte de grandes patrimonios exclusivamente para activos de la salud.

En este 2019, según el portal económico y sectorial Alimarket, irán adelante 272 nuevos proyectos de geriatría en España que supondrán 25.137 nuevas camas. Prácticamente todos los grandes están presentes o a punto de desembarcar en Galicia, una zona muy dominada por DomusVi, que tiene aquí 4.600 plazas y un 16% de su facturación (78,3 millones). "Tardaron en llegar por las bajas rentas de los jubilados, muchos cotizantes del régimen agrario o autónomos", cuenta Miguel Ángel Vázquez. "Las cosas están cambiando por la mayor cuantía de las nuevas pensiones „añade„ y por los elevados índices de ahorro". El geriatra y socio director de Caligers duda de que los "elevados precios" que se están pagando en el mercado "sean lógicos" y defiende que la convivencia entre operadores grandes, que rondan un 17% de la cuota de mercado, y pequeñas empresas "es posible y necesaria".

"Los pequeños propietarios están en ocasiones en zonas de mercado que no son rentables para el resto y que permiten a los usuarios una mayor calidad de vida porque no tienen que salir de su entorno", subraya. Vázquez rechaza la visión de "pobrecitos y consumidores de recursos" que se sigue teniendo de los mayores. "No es que estén solos, es que se sienten solos. El impacto de la longevidad para la sociedad está por encima del cambio climático y de las nuevas tecnologías", afirma.