Galicia creció en 2018 más que el conjunto de España, según los últimos datos publicados por el INE. El crecimiento medio de la economía regional en los últimos cuatro años, del 3,3%, supera en dos décimas la media nacional (3,1%). Es la quinta comunidad con mayor crecimiento, tanto en 2018 como desde 2015, según BBVA Research. De hecho, es la única autonomía del norte de España (de Aragón hasta el Atlántico) que logra crecer más que el conjunto nacional en este período.

BBVA Research indica que tanto la industria como el turismo han contribuido de forma relevante a este comportamiento diferenciado. La producción de bienes manufacturados aportó, en promedio anual entre 2015 y 2018, 0,8 pp al crecimiento de la actividad en la región, frente a tres décimas en el resto de comunidades del norte y 0,6 pp en el conjunto nacional. Por su parte, el sector del comercio, reparaciones y hostelería aportó un punto al aumento del PIB gallego, frente a 0,8 puntos porcentuales en el conjunto de España y 0,7 en las comunidades del norte. La hostelería fue la responsable de un 17% del aumento de la afiliación, dos puntos porcentuales por encima de lo que se observó en el conjunto de España.

Las diferencias en la demanda provienen del exterior. Galicia es la tercera comunidad peninsular en la que más subieron las exportaciones de bienes medidas en términos reales entre 2014 y 2017. Las ventas al exterior de bienes suponen en esta comunidad, el 50% del PIB. La modernización de plantas en el sector del automóvil, y el esfuerzo inversor en el resto de la industria explicaron en buena parte este comportamiento positivo (que también se ve en otras regiones con elevada especialización en producción de autos), aunque en el caso gallego cabe añadir, además, la buena evolución de las manufacturas de consumo.

Pese a esta evolución positiva de la economía gallega, BBVA Researh advierte señales de desaceleración. La ausencia de recorrido a la baja de los tipos de interés, el aumento del precio del petróleo, o el agotamiento de la demanda embalsada redujeron el empuje de los vientos favorables a la economía gallega y española. La reducción de las tensiones geopolíticas en los países mediterráneos mejora el atractivo turístico de destinos competidores que retornan con costes más bajos. En el panorama interno, la tensión de política económica se mantuvo elevada a lo largo del año, limitando el dinamismo de la economía nacional. Además, la recuperación del mercado de la vivienda no está llegando a Galicia con el mismo impulso que en otras regiones, limitando la capacidad de este sector para ejercer de motor alternativo del empleo.

Este último punto, además, entronca con el reto principal al que se enfrenta la economía gallega. La mala perspectiva demográfica (el envejecimiento y la emigración, que limitan la formación de hogares, continúan siendo los grandes retos para esta comunidad, junto a la mejora del capital humano o el aumento del esfuerzo en I+D) da lugar a un menor soporte de la demanda interna que se traduce, tanto en la menor demanda de vivienda, como en un menor dinamismo del consumo privado que, en promedio, ha venido incrementándose a un ritmo 0,4 pp menor que la media nacional desde 2015.

Las dificultades que pueden afectar a la demanda externa continuarán suponiendo un reto para el crecimiento. A pesar de que se espera que las exportaciones se aceleren progresivamente, el escenario externo es ahora algo menos optimista que hace unos meses, entre otras cosas, por una senda de menor aceleración para las principales economías europeas.

Por su parte, el sector de la automoción enfrenta riesgos y propios, ligados a los cambios legislativos en España y la UE (que ya han dado lugar a paros temporales de producción en algunas fábricas), los cambios en la demanda o al riesgo de que la guerra comercial entre Estados Unidos y China pueda extenderse hacia Europa. Aún así, la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo puede permitir que la desaceleración de la demanda interna sea menos intensa de lo esperado.

El escenario previsto para la economía española contempla un desplazamiento del crecimiento desde el Norte al Centro y Levante peninsulares. El crecimiento esperado para Galicia en 2019-2020 se acerca al 2%, similar al del conjunto de España, cerrando así el diferencial favorable.

*Economista principal de BBVA Research