El fracaso de las negociaciones entre Liberbank y Unicaja para constituir el que iba a ser el sexto banco español por volumen de activos puso fin al tercer intento en la historia bancaria española de crear un grupo financiero astur-andaluz. Los dos proyectos anteriores se materializaron a comienzos y a finales del siglo XX y tuvieron vidas cortas. La ruptura con Unicaja, deja vía libre a Abanca para realizar un eventual movimiento sobre Liberbank.

El Banco de Sevilla, promovido en 1900, estuvo respaldado por los bancos de Bilbao y de Santander, el Banco de Andalucía (el primero de los dos que recibieron ese nombre) y fue considerado como un "banco asturiano". La entidad desapareció en 1907 y sus oficinas se integraron como sucursales del Banco de Cartagena.

La siguiente iniciativa astur-andaluza la protagonizó noventa años después la dinastía financiera asturiana Argüelles, cofundadora de Banesto. Tras su marcha de esta entidad por discrepancias con Mario Conde, los Argüelles constituyeron en 1989 el Banco de Alcalá, y tres años después, en 1992, esta entidad madrileña adquirió al Banco Central Hispano su filial andaluza Banco Jerez-Granada, entonces uno de los mayores de la comunidad. El dominio asturiano apenas duró tres años. En 1995 La Caixa tomó el 60% del Jerez-Granada y un año después lo integró.

Las conversaciones (conocidas el 12 de diciembre) entre el banco de origen asturiano Liberbank y el malagueño Unicaja Banco para constituir el que pretendía ser el gran banco mediano español iba a ser el primero de los tres intentos bancarios astur-andaluces en los que la mayoría del capital la iba a asumir el socio meridional. Lo que hizo naufragar el acuerdo no fue quién iba a pesar más en el grupo fusionado sino cuánto más debía tener Unicaja que Liberbank.

Unicaja Banco consideró irrenunciable el 60%, lo que dejaba a Liberbank una participación inferior al 43% ó 45% que reclamaba. Había argumentos para justificar una y otra opciones. Para Unicaja Banco el 60% era crucial para que su mayor accionista (la Fundación Bancaria Unicaja, que ahora tiene el 49,6% del banco) no se diluyera por debajo del 30%, al que aspira como horizonte estable. Sólo si el conjunto de los accionistas de Unicaja Banco se quedaban con el 60% de la futura entidad se podría garantizar la fundación malagueña un peso del 29,76%.

Liberbank intentó evitar una mayor dilución que la propia de integrarse con un banco de mayor magnitud, y más cuando algunos informes financieros (como de Citi en enero y los que acaban de emitir BBVA y de nuevo Citi) apoyaban las posiciones de Liberbank. La generosa oferta de compra que Abanca planteó sobre Liberbank a 0,56 euros por título (rechazada en febrero) enfatizó el valor intrínseco del banco asturiano y contribuyó a dificultar que renunciase a sus objetivos.

Los accionistas de los dos bancos se jugaban muchos millones de euros (y no solo en la valoración actual, sino también en el cobro de los dividendos futuros) en función de que la horquilla entre el 3% y el 5% en disputa cayese de un lado o del otro. Y los accionistas de referencia se jugaban además cuotas de poder decisorios en función de ello en el consejo de administración del grupo resultante de la integración.

Las dos partes llegaron a la conclusión de que la propuesta contraria no aportaba valor sino que lo restaba a sus accionistas. Y, asumida esta convicción, los consejeros que representaban a los grandes accionistas tenían difícil justificar el sí en sus respectivas casas. La versión de los dos bancos es que los consejeros independientes respaldaron también los noes.

La explicación oficial fue que el desacuerdo se produjo de mutuo acuerdo. Pero el primero en anunciar la ruptura el martes pasado fue Liberbank. Y pasó un lapso de tiempo apreciable hasta que la Comisión Nacional del Mercado de Valores difundió el comunicado remitido por Unicaja Banco. Esto podría dar lugar a conjeturas aviesas. Sin embargo, las notificaciones fueron casi simultáneas: Liberbank la hizo a las 18.40 horas y Unicaja, a las 18.48.

Algunos medios financieros que siguieron la negociación comentaron en privado ya hace meses que veían difícil el acuerdo porque Liberbank tiene una fortísima pulsión a seguir en solitario.