Ya desde mediados del pasado año la economía gallega se está despidiendo del que fue uno de sus principales motores para salir de la crisis. La demanda externa, que llegó a aportar casi dos puntos del crecimiento autonómico en la etapa de recuperación, acumula tres trimestres en negativo por el freno del comercio exterior. Y la cosa pinta mal en este 2019. A la espera de los datos del comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) durante el primer trimestre que se conocen mañana mañana, las exportaciones de las empresas de la comunidad sufren un importante correctivo, arrastradas por la ralentización de la Unión Europea, donde se concentran alrededor de ocho de cada diez euros de las ventas. En marzo cayeron otro 2,3% y acumulan desde el arranque del ejercicio un desplome del 9,5%.

Las exportaciones gallegas ascendieron a 5.155 millones de euros, el volumen más bajo para un arranque de año desde 2016, según el balance publicado ayer por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y el Instituto Galego de Estatística (IGE). Es también el peor dato entre las regiones de referencia para el comercio exterior de España. Solo caen más en Baleares (13,8%), que concentra el 0,5% del negocio exterior del país, frente al 7,3% que representa Galicia. En el conjunto del Estado las ventas evitan de momento los números rojos. Acabaron el primer trimestre en tablas gracias a los destacados incrementos de otros dos territorios de peso: Aragón (16,2%) y Madrid (5,6%). De Galicia, en cambio, salió la mayor contribución negativa. Su descenso restó 0,8 puntos al global nacional.

El Círculo de Empresarios de Galicia y el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) acaban de poner en marcha un grupo de trabajo con técnicos de internacionalización para diversificar los mercados y los sectores exportadores de Galicia. ¿La comunidad vende mucho fuera? Sí. Llevaba cuatro años batiendo máximos históricos. Pero el problema está en que el 78% va a la UE y el textil y la automoción suman la mitad del total. Con un catarro de cualquiera de esos tres elementos, al negocio exterior le sube la fiebre. Como está pasando.

Las exportaciones a territorio comunitario disminuyeron entre enero y marzo un 14,5%. Del top 5 de destinos de los productos made in Galicia solo Portugal aguanta un poco. La caída en su caso fue del 2,3%. Los flujos comerciales hacia Francia descendieron un 12%; casi un 22% con Italia, que está en recesión; un 9,9% con Reino Unido, en medio de las idas y venidas del Brexit; y un 18,3% bajaron las ventas a Alemania, con un PIB muy enclenque.

Entre los destinos medianos para la exportación gallega, la caída del comercio con Bélgica es enorme, cercana al 50%; y ronda el 21% con Polonia. La otra cara está en EEUU y Marruecos, con alzas del 56,4% y del 0,9%, aunque ambos suponen solo el 3% del total de las exportaciones; y de China, con un aumento del 30,6%, pero también una cuota mucho más discreta en el reparto (1,1%).

La ropa ha dejado de ser el líder de la exportación gallega. Las ventas se situaron hasta marzo en 1.189 millones de euros, un 26% por debajo del mismo periodo del pasado 2018. Ese lugar de cabeza lo ocupa ahora el material de transporte, a pesar de que tampoco está en su mejor momento: 1.364 millones de euros tras un descenso anual del 7,1%. Dentro de él, la automoción deja una bajada del 9,9%, mientras que el naval se disparó un 249%, hasta los 56,1 millones de euros, al calor de los nuevos encargos.

El aumento del 6,4% en la exportación de pescado, crustáceos y moluscos no evita que el capítulo de animales vivos y sus productos cierre el trimestre en negativo, con una caída del 8,2% (424 millones). Sí sirve de compensación a todo el negocio exterior gallego el extraordinario comportamiento de las ventas de máquinas y material eléctrico. El saldo roza los 383 millones, un 29,6% más, por el tirón de los proveedores tecnológicos de Inditex que, como Trison, están ampliando su clientela, y el empuje internacional de la tecnología de la energética Norvento.