El consumo de electricidad es otro de los ingredientes de la economía en Galicia que todavía no ha logrado superar en estos cinco años de recuperación los niveles previos a la crisis. No es probable tampoco que suceda por la progresiva implantación en los hogares y las empresas de medidas de eficiencia para aportar su grano de arena al cuidado del medio ambiente y por, evidentemente, aliviar también la pesada factura energética. De ahí que en pleno récord del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, la demanda en la comunidad se situase el pasado año en 20.163 gigavatios/hora (GWh), un 1,3% más que el ejercicio anterior pero casi un 3% por debajo de los casi 20.800 GWh de 2010. No parece que en este 2019 vaya a consolidarse el incremento del consumo o, al menos, no con la suficiente fuerza como para volver ya al tirón del consumo anterior a la doble recesión. Galicia lidera la caída de la demanda en España, arrastrada por el freno industrial en general y el apagado de la planta de Alcoa en A Coruña en particular.

Se esperaba que el cese de la producción de aluminio primario en la factoría de la multinacional estadounidense aquí y en su factoría de Avilés impactara de lleno en la demanda de electricidad. Las dos suman el 0,6% de todo el consumo en el país, el 2% con el resto de instalaciones de Alcoa. Preguntados por el efecto del cierre en la comparecencia ante la prensa de la junta general de accionistas de finales de marzo, los directivos de Red Eléctrica de España (REE) admitían que la crisis de la multinacional se notaría en el balance.

Y vaya si se nota. El consumo de electricidad en Galicia en febrero, cuando Alcoa le dio al off, se desplomó un 9,9%, una caída sin precedentes. El recorte acumulado en los dos primeros meses del año alcanza el 6,4%, también el más alto de todas las autonomías, según los datos recién publicados por REE. Le sigue, como era de esperar, el otro territorio afectado por la decisión de la firma de aluminio: Asturias. El descenso en febrero allí fue del 9,5% y del 4,1% contando también los datos de enero. La demanda eléctrica en el conjunto del Estado mermó 1% en ambos meses y un 5,4% en el caso concreto de febrero. Además del efecto Alcoa, la comunidad gallega tiene la producción industrial total en números rojos. Hasta febrero bajó un 4,6%. La metalurgia destaca sobre todos los sectores (un 23,7% de retroceso), pero también bajaron la industria de la madera (2,2%), la química (3,5%), fabricación de cauchos y plásticos (6,4%), lo productos minerales no metálicos (8,7%), material y equipamiento eléctrico (18,3%), el material de transporte que no es automoción (3%) y la industria del mueble (10,5%).