El grupo de alimentación Calvo, con sede en Carballo, logró en 2018 un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de casi 40 millones de euros (39,4), lo que supone un descenso de más del 21% en comparación con los 50 millones que ganó el año anterior.

Según datos facilitados por la compañía, esta logró una facturación de hasta 583,1 millones de euros y volvió a incrementar el volumen de producto elaborado vendido, hasta las 103.467 toneladas, por lo que "mantuvo su liderazgo como marca de fabricante de conservas de pescado en Brasil y en España", donde aumentó casi un punto su cuota de mercado en el mercado de mejillón y de atún en conserva.

Para el consejero delegado del Grupo, Mané Calvo, los resultados son "satisfactorios" en un contexto marcado "por un descenso de los precios de la materia prima atún y de la subida del precio del combustible, con su consiguiente impacto en los resultados de su división de flota; y por un estancamiento generalizado del consumo en Brasil y Argentina unido a la depreciación de la moneda". Calvo contrarrestó el descenso de ventas en Brasil con una mejora en España y Europa. La firma aumentó un 10% sus ventas de conservas en el mercado nacional por tercer año, donde reafirmó su "compromiso" por el mejillón de las rías gallegas con denominación de origen.

"La apuesta por el desarrollo de nuestros productos y por la eficiencia en la fabricación es clave como palanca de crecimiento en un mercado competido como el europeo", asegura. En España, la compañía de origen gallego es la marca de fabricante "líder" en conservas de pescado.