Menos ayudas para rebajar la factura eléctrica de la gran industria se traducen en más costes de producción y en menor rentabilidad. Esas son las cuentas que echa el sector electrointensivo ante la nueva rebaja de la subasta eléctrica y ese desequilibrio pone en riesgo los puestos de trabajo. Es el caso de las dos principales empresas electrointensivas de Galicia: Alcoa y Ferroatlántica, con expedientes de regulación de empleo (ERE) sobre la mesa. La compañía de ferroaleaciones del grupo Villar Mir aprobó en febrero un ERE temporal (ERTE) de dos años para toda su plantilla y lo achacó al descalabro de la puja de diciembre. Dos hornos de la factoría de Cee-Dumbría (con 300 trabajadores directos) y otros dos de Sabón (con unos 100) están parados desde enero y la empresa ha prescindido de las subcontratas pero mantiene en suspenso por ahora los despidos del personal en plantilla. "Estamos disgustados porque parece que se gobierna para las eléctricas. Las condiciones de la subasta para el segundo semestre empeoran y nos tememos que entonces la empresa aplicará el ERTE o incluso peor", critica el portavoz de la plantilla de Cee, Alfonso Mouzo.