Las seis ofertas, por ahora no vinculantes, que Alcoa ha recibido en el proceso de venta de las dos fábricas de aluminio amenazadas de cierre (A Coruña y Avilés) abren horizontes de futuro desiguales para cada instalación. La planta de A Grela, en la que trabajan casi 400 empleados directos, despierta menos interés que la asturiana, con unos 300. De los seis inversores en liza, tres quieren gestionar ambas factorías a partir de julio. La otra mitad ofrece comprar solo la unidad productiva asturiana y deja fuera la coruñesa.

El director general de Industria y Telecomunicaciones del Principado de Asturias, Manuel Monterrey, detalló a los periodistas el alcance de las propuestas tras participar en la quinta reunión de la mesa de seguimiento del conflicto de Alcoa, que se celebró ayer en el Ministerio de Industria, con la dirección de la multinacional, representantes de los trabajadores y también de la Xunta. Por el momento no ha trascendido qué tres empresas incluyen a la fábrica coruñesa en su proyecto. Los fondos Liberty House y Quantum y los grupos industriales Aludium, Cunext, Riesgo y Glencore son los potenciales compradores. Según el calendario marcado por Alcoa, las ofertas vinculantes deben estar sobre la mesa la próxima semana, un mes antes de la fecha límite que marca el ERE (expediente de regulación de empleo) para cerrar la venta y evitar el despido colectivo. La subrogación del cien por cien de los contratos es una condición para sellar el traspaso.

Por otra parte, el Ministerio de Industria confirmó en la reunión de ayer en Madrid que las plantas de A Coruña y Avilés quedarán excluidas de la próxima subasta de primas eléctricas, según informó el presidente del comité de empresa coruñés, Juan Carlos López Corbacho, tras el encuentro. Corbacho concretó que el Gobierno trasladó que "de entrada" ambas plantas "no van a participar" en la puja de incentivos para el segundo semestre "porque lo prohíbe la regulación de esta subasta". Red Eléctrica de España (REE) „organizadora del proceso„ ya había advertido de ello en marzo, a la vista de que Alcoa renunció en febrero a prestar el servicio de interrumpibilidad (por el que la gran industria recibe compensaciones económicas a cambio de su disponibilidad para desenchufarse de la red cuando el operador lo requiera) al parar la producción de aluminio primario en A Coruña y Avilés, reduciendo drásticamente el consumo eléctrico de ambas fábricas y dejándolas sin potencia interrumpible suficiente. En aquel momento „un mes antes de las elecciones generales„ el Ministerio de Industria se apresuró a desmentir a REE y aseguró que las fábricas recibirían los bonus porque el desestimientos de Alcoa se produjo "por razones excepcionales".

La exclusión de la subasta eléctrica, que ahora se confirma, supone que el potencial comprador de las fábricas de A Coruña y Avilés carecerá de las ayudas con las que las empresas electrointensivas cuadran sus cuentas (la factura de la luz supon el 60% de los costes de producción de Alcoa). De este modo, se complica la posibilidad de reiniciar este año las series de electrólisis (donde se produce el aluminio primario), que llevan tres meses paradas.

Corbacho da por perdidos los incentivos eléctricos de este año, ya que para poder optar a ellos la empresa "tendría que tener arrancado el 50% de la producción a 1 de julio", algo que ve imposible. El representante de la plantilla coruñesa lamenta que se abre "un escenario muy preocupante" y critica el cambio de postura del Gobierno, que "siempre" les dijo que las dos plantas en venta podrían "participar". "Nos engañaron a nosotros y a la opinión publica cuando dijeron que podrían participar en esta subasta sin problema", censuró.

Industria asegura ahora a los trabajadores que la pérdida de primas eléctricas para este año no afectará a la venta porque el rearranque sería paulatino y porque espera garantizar un escenario a medio largo plazo atractivo la producción. Corbacho expresó sus dudas: "Los inversores necesitan un precio competitivo", insistió.