La compañía de servicios avanzados de tecnología Altia tuvo un beneficio neto de 6,8 millones de euros en 2018, un 10,2 % más que el año anterior, después de facturar 69,3 millones de euros, un 7% más. El beneficio operativo (Ebida) ascendió a 9,9 millones, un 11% superior a las previsiones.

La firma coruñesa informó de sus resultados correspondientes a 2018, tras la junta de accionistas de la compañía reunida ayer en A Coruña. La junta acordó la distribución de un dividendo total de 2.063.455,50 euros que, dividido entre las 6.878.185 acciones, suponen 0,30 euros brutos por título, el 60 % del dividendo previsto para 2018 en el plan de negocio.

De este importe se pagaron 1.238.073,30 euros, es decir, 0,18 euros por acción, el 11 de diciembre de 2018 como dividendo a cuenta, y los restantes 825.382,20 (0,12 euros por título) se abonarán como dividendo complementario el 7 de junio de 2019.

"Los resultados económicos alcanzados confirman un año más que nuestro proyecto es sólido y sostenible. Se trata de cifras por encima de la media del sector y que permiten pensar en alcanzar objetivos más ambiciosos y desenvolvernos de manera adecuada en entornos cada vez más competitivos y exigentes", destacó Tino Fernández, presidente de Altia, ante los accionistas.

Fernández aseguró que, después de 25 años, la compañía mantiene "la misma ilusión" y añade que su "estímulo y motor" es poder acompañar a sus clientes e incluso a integrase con ellos en la aplicación de la tecnología, con la vista puesta en el éxito de su modelo de negocio y de su presencia en el mercado.

Altia cotiza desde 2010 en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). La empresa tiene oficinas en A Coruña, Vigo, Vitoria, Santiago de Compostela, Madrid, Valladolid, Alicante, Toledo, Bilbao y Santiago de Chile; además de un Centro de Desarrollo Tecnológico (A Coruña) y tres centros de datos.