La compañía de reparto de comida a domicilio Deliveroo fue llevada ayer ante los jueces laborales por tener a medio millar de repartidores ( riders, en la jerga del gremio) como "falsos autónomos", según el criterio de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. La vista del proceso comenzó ayer en juzgado de Madrid, donde la compañía defendió que sus repartidores prefieren la "flexibilidad" que les conceden para "priorizar su vida sobre el trabajo", en contraste con la posición de la asociación Riders x Derechos, que acusa a las plataformas de "esclavitud enmascarada".

Así lo señalaron portavoces de ambas partes en declaraciones a las puertas de la sala donde se celebra el juicio. "Los repartidores son autónomos porque ellos lo quieren, así tienen el control y pueden elegir cuánto trabajan, dónde, cómo y con quién lo hacen", ha defendido la directiva Carolina Pérez. Y remarcó que si el juez ordena su reclasificación como empleados "perderían estos beneficios".

El miembro de la asociación Riders x Derechos Martino Corregiari insitió en que son " falsos autónomos porque no existe esa libertad ni esa flexibilidad.".