El Banco Central Europeo (BCE) prorrogó ayer en al menos seis meses más (hasta una vez finalizado el primer semestre de 2020 como pronto) la ofensiva monetaria extraordinaria con tipos de interés oficiales en el 0% pese a que mejoró en una décima su previsión de crecimiento económico del área monetaria para este año respecto al pronóstico que difundió en marzo. Por el contrario, recortó su previsión para 2020 en dos décimas y en una la de 2021.

El crecimiento tenue de la eurozona (1,2% del PIB en 2019, según la nueva estimación del BCE, y 1,4% en 2020 y 2021), el temor a un Brexit duro y sin control, el efecto preocupante del proteccionismo y el riesgo de una guerra comercial frontal (Trump amenazó ayer a China con aranceles adicionales por otros 300.000 millones de dólares), las vulnerabilidades de algunos países emergentes y una inflación insuficiente (se espera el 1,3 % en la Eurozona en 2019) y aún por debajo del objetivo (2%), llevó al BCE a postergar el comienzo de la normalización de los tipos, que estaba previsto emprender a fin de este año tras la anterior prórroga, que se decidió en marzo. Ya entonces algunos consejeros habían instado a mantener el 0% hasta al menos marzo de 2020.

Incertidumbre

El BCE dejó abierta ayer incluso la opción de volver a intensificar la compra de deuda, todo ello en un contexto de "incertidumbre" que ya motivó que el Banco de la Reserva de Australia (RBA) bajara sus tasas de interés el martes por vez primera en tres años y que la Reserva Federal de Estados Unidos esté manejando esa hipótesis para su reunión del 18 y 19 próximos.

La tensión sobre la banca persiste porque el BCE, además de prorrogar los tipos en el 0% „lo que estrecha los márgenes del negocio prestamista„ extendió también hasta al menos julio de 2020 el interés negativo del 0,4% que cobra a los bancos por aparcar su liquidez diaria (la llamada facilidad de depósito) e incluso el consejo del BCE sopesó agravar esta penalización cuando lo que barajaba el mercado desde marzo es que la aliviara con alguna medida compensatoria para dar resuello al negocio crediticio.

La resultante de todo ello fue que hubo sectores que subieron en Bolsa (como las eléctricas) porque se les garantiza la prolongación de financiación barata de su deuda mientras que la banca, penalizada por los tipos en el 0% y negativos, se depreció en el parqué con caídas entre el 0,91% y el 5%, en una jornada en la que el índice selectivo Ibex 35 mejoró el 0,2%.

La concreción de la nueva ronda de liquidez (TLTRO) que ofrecerá el BCE los bancos a partir de septiembre con tipos entre el 0,1% y el -0,3 % (más favorables cuanto más recursos de esos fondos dirijan a la financiación de la economía real) no impidió el castigo bursátil.