La Comisión Europea propuso formalmente ayer cerrar el procedimiento por déficit excesivo abierto a España hace una década después de que el desvío se situase en el 2,5% del Producto Interior Bruo (PIB) en 2018, pero con la advertencia de que podría desviarse del ajuste estructural que aún debe acometer este año y el próximo.

Si los Estados miembros de la Unión Europea dan luz verde, España saldrá del proceso por el que Bruselas ha exigido desde 2009 importantes ajustes para situar por debajo del umbral del 3% del PIB el desvío presupuestario, que llegó a alcanzar el 11% en el punto álgido de la crisis.