Por la transcendencia de la energía para casi todo en la sociedad y la larga tramitación que suelen padecer este tipo de instalaciones, el futuro de la red de transporte de electricidad se diseña siempre a varios años vista. Ahora mismo sobre la mesa está la planificación de 2021 a 2026. La fase inicial se cerró hace unos días con la aportación de las comunidades, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las empresas del sector sobre las infraestructuras a construir y los refuerzos que consideran necesarios para abrir el sistema a un posible incremento de potencia y asegurar a la vez un suministro de calidad a hogares e industrias, sin perder de vista la sostenibilidad ambiental. Y también la financiera. La nueva hoja de ruta es especialmente relevante en esta ocasión para cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 con el que el Gobierno quiere guiar la transición hacia una economía libre de combustibles fósiles. El Ejecutivo central y el Congreso son, precisamente, los que tendrán la última palabra sobre los proyectos que irán adelante, una vez que reciban la propuesta de Red Eléctrica de España (REE), elaborada a partir de las peticiones recibidas hasta el momento y las posibles alegaciones a la propuesta de arranque que elaborará el operador en los próximos seis meses. La Xunta pide concluir los trabajos de electrificación para la llegada del AVE a Galicia, insiste en una nueva subestación en Vigo que abarate la factura a la fábrica de PSA y amplía a 9.000 megavatios (MW) la potencia eólica a la que habría que dar salida, casi el triple de lo que suman los parques que están en funcionamiento.

Son "actuaciones prioritarias" y así quiere que consten en la planificación de la Xunta, que ayer revisó sus propuestas en el Consello semanal.

Una de las grandes apuestas en este ámbito tiene que ver con la evacuación de la electricidad ante el boom renovable tras las subastas de potencia. A los 3.400 MW en eólica moviéndose en Galicia se sumarán 18 parques más en construcción y otros proyectos más que están "en la última fase de tramitación administrativa". La previsión de la Xunta es acabar 2020 con 4.000 en funcionamiento y que el número de instalaciones siga aumentando "durante la próxima década" gracias a nuevas pujas de potencia del Gobierno y la reducción a la mitad de los plazos para las autorizaciones de la administración autonómica.

Aunque siempre se habló de 6.500 MW, la Xunta asegura que su meta de "6.700" en 2020 sube en 2.300 MW hasta 2026 y reclama aumentar las líneas de evacuación para dar salida a toda esa potencia. "De esta manera, Galicia podría alcanzar los 9.000 MW y atender toda la demanda que propone actualmente el sector eólico gallego", argumenta.

Aviso del regulador

Por su parte, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) advierte de la necesidad de "atajar" la especulación existente con los puntos de conexión para futuros proyectos renovables. El regulador asegura que en abril existían ya cerca de 50.000 megavatios (MW) con permisos de acceso para instalaciones no construidas (en Galicia rondan los 8.000 MW) y "existe el riesgo" de que algunos de los titulares busquen solo "obtener un beneficio con la transmisión de los permisos".