El Banco Central Europeo (BCE) estudia activar nuevos estímulos, como una bajada de los tipos de interés o la compra de deuda, si su meta de conseguir una inflación cercana al 2 % continúa en peligro, avisó este martes en Portugal el presidente del organismo, Mario Draghi.

"En ausencia de mejoras, de manera que el retorno sostenido de la inflación hacia nuestro objetivo se vea amenazado, serán necesarios estímulos adicionales", dijo Draghi en la apertura de los paneles de la sexta edición del foro anual de la localidad lusa de Sintra, el último al que asistirá como presidente del BCE.

Su intervención estaba rodeada de un máximo interés tras divulgarse este martes que la inflación de la eurozona en mayo fue del 1,2 %, lo que hace que se prevea complicado lograr la meta de cerca del 2 % que el organismo mantiene.

Draghi se refirió a ello al final de su discurso, en el que ha repasado las medidas tomadas por el BCE durante la última década para hacer frente a los "retos" aparecidos en la zona euro.

En ese tiempo, dijo, el BCE "demostró que no tiene pocas herramientas para responder" a las crisis, y que algunas de ellas, como los tipos de interés negativos, "han demostrado ser efectivas".

"Nosotros estamos comprometidos", aseguró ante el auditorio, al que recordó que la política del organismo es "paciente, persiste y prudente".

Y en ese contexto, apostilló, volverán a actuar si se verifica que la meta de inflación continúa en riesgo.

La forma en que lo hagan se estudiará "en la próximas semanas" en el Consejo del Gobierno del BCE, que sopesará todos los instrumentos disponibles, aunque el italiano ya ha hecho referencia a algunas de las opciones más probables.

Entre ellas, figuran la "política de más cortes en los tipos de interés", así como "medidas que permitan contener factores externos".

También ha sido explícita su referencia a la compra de más deuda pública y privada, un programa que "todavía tiene considerable espacio".

"No estamos resignados a tener una baja inflación", agregó en el que es su último foro anual del BCE antes de que su mandato expire el próximo 31 de octubre.

Bajada del euro

Pese a no descartar nuevas actuaciones del organismo, dejó también un recado a los responsables de la política fiscal, que "debe jugar su papel" para que progrese la economía.

La intervención de Draghi fue seguida por una bajada del euro, que pasó de cambiarse a 1,1243 dólares en la negociación europea del mercado de divisas una hora antes de su discurso a situarse en 1,1182 dólares.

Además, la rentabilidad del bono alemán a diez años llegó a un mínimo histórico en -0,296 %.

También llegó a mínimos históricos la rentabilidad del bono español a diez años, que se situó en el 0,449 %.

De esta manera, la prima de riesgo española -diferencia entre el bono nacional a diez años y su homólogo alemán- se redujo hasta 75 puntos básicos.

En el resto de Europa, la prima de riesgo italiana alcanzó 249 puntos; la portuguesa, 88 puntos básicos, y la griega, 289.

Las reacciones también fueron inmediatas en las principales bolsas europeas, que habían comenzado la jornada a la baja y se dieron la vuelta, hasta registrar en algunos casos ganancias de casi el 1 %.

Tras la rotunda apertura de Draghi, la agenda de Sintra continuó con una sesión sobre los 20 primeros años de la unión monetaria presidida por el vicepresidente del BCE, el español Luis de Guindos.

En la sesión habrá también un panel integrado por Peter Praet, antiguo miembro de la Comisión Ejecutiva de la entidad, y Philip Lane, miembro actual; Laurence Boone, economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); Markus Brunnermeier, profesor en Princeton, y Ricardo Reis, profesor en la London School of Economics.

Por la tarde Draghi volverá a intervenir, aunque esta vez acompañado por el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, y el ex vicepresidente de la Reserva Federal Stanley Fischer.

El foro de Sintra del BCE replica un modelo que la Fed estadounidense pone en práctica desde 1978 en la ciudad de Jackson Hole, en Kansas.