La compañía Ferroatlántica se mostró ayer "satisfecha" con el resultado de la última subasta de interrumpibilidad, el sistema de remuneración que alivia el coste energético a la industria de gran consumo a cambio de que desconecte cuando lo precisa el sistema eléctrico. "La primera consecuencia es que van a continuar operativos tres hornos en el complejo de Cee-Dumbría y que pondremos en funcionamiento dos más, cinco en total, en el segundo semestre del año", aseguraron ayer fuentes de la empresa de ferroaleaciones. Las primas eléctricas asignadas en la puja de esta semana "también permitirán activar otro horno en la planta de Sabón (Arteixo)", dos en total.

Durante los próximos seis meses, Ferroatlántica no va a aplicar el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) anunciado a comienzos de año tras el mal resultado de la subasta celebrada en diciembre. Con el funcionamiento de estos siete hornos, tres más de los que estaban activos, la compañía "cumple con el compromiso al que habíamos llegado con los trabajadores de obtener un buen resultado en la subasta de estos días". La firma también destaca la repercusión "muy positiva" que entraña para el empleo de las factorías.

El complejo de Ferroatlántica en Cee-Dumbría y las diez centrales hidroléctricas del Xallas que le suministran energía fueron vendidos hace quince días al fondo norteamericano TPG por 170 millones de euros. La venta realizada por el Grupo Villar Mir (GVM), a través de su participada Ferroglobe, forma parte de una actuación para aliviar la deuda. De hecho, GVM acaba de suscribir un acuerdo con el grupo constructor OHL para saldar un débito de 110 millones más intereses. La operación con TPG está pendiente de lograr la autorización de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) y de la cancelación por parte de la Xunta del contrato de arrendamiento financiero o l easing vinculado a las centrales.

Por tanto, la venta de los saltos de agua (concesiones públicas) al inversor estadounidense TPG va asociada a la factoría de Cee-Dumbría, pero no a la de Sabón. No obstante, la plantilla de Ferroatlántica en Sabón aceptó el pasado lunes, por un 62,81% de los votos, el plan de viabilidad ofrecido por la compañía para los próximos años. El acuerdo garantiza los salarios del centenar de trabajadores hasta enero de 2023, siempre y cuando la venta de la factoría de Cee-Dumbría al fondo TPG llegue a buen puerto. De ser así, la fábrica de Sabón quedaría dentro de Ferroglabe. El sindicato CIG manifestó su rechazo al acuerdo, que a su juicio implica segregar los saltos de la actividad de ferroaleaciones para que el GVM haga caja.