El traspaso de las fábricas de aluminio de A Coruña y Avilés al fondo suizo Parter es la única alternativa al despido colectivo y así lo aceptan ya todos los implicados en la crisis de Alcoa, pero el cierre de la operación se hace de rogar. Los trabajadores buscan garantías laborales más allá de los 24 meses de empleo que garantiza el nuevo inversor, que por otra parte solo arrancará la electrólisis si el Gobierno consigue regular un precio eléctrico competitivo y estable para la gran industria en ese periodo. Esas condiciones son parte de los "detalles" que el Ministerio de Industria (colaborador en la venta) apunta que restan para cerrar la compraventa. El departamento que dirige Reyes Maroto decidió aplazar al lunes la reunión decisiva que los comités de empresa esperaban para la tarde de ayer. La venta de Alcoa se resolverá en la semana límite para evitar el ERE (expediente de regulación de empleo). Si no hubiese venta el domingo 30, el lunes 1 se empezarían a ejecutar los despidos.

Aunque acabar en manos de un fondo de inversión nunca fue la opción preferida por la plantilla, el comité coruñés acepta el traspaso a Parter como mal menor dadas las circunstancias. La multinacional estadounidense que todavía es dueña de las fábricas puso esta semana como condición para concluir el proceso que los trabajadores ratifiquen el acuerdo. El comité de empresa coruñés se han mostrado dispuesto a dar el visto bueno a la operación si el resto de miembros de la Mesa Industrial Estatal (los ministerios de Industria y de Transición Ecológica, la Xunta y el Principado, además de sindicatos y empresa) también firman suscribiendo sus propios compromisos (ayudas a la actividad industrial por parte de las administraciones). La delegación asturiana, que hasta el jueves insistía en la venta a Quantum (el otro fondo finalista en el proceso), es más reticente. "Por ahora no hay solución", señalaba ayer el presidente del comité de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, quien insistía en que las plantillas no tienen "nada que decidir". "Alcoa ha vendido, no entendemos el empeño en que tengamos que ratificar un acuerdo que desconocemos", incidía el portavoz.

A nivel institucional, Asturias validará la venta a Parter. "Mejor tener una oferta que ninguna", sentenció ayer el consejero de Industria del Principado, Isaac Pola, quien echó de menos "una explicación razonada y argumentada" del no al fondo alemán Quantum.

"Escepticismo" en la Xunta

El conselleiro de Economía, Francisco Conde, alertó ayer de que ve con "mucho escepticismo" la situación de Alcoa porque "lamentablemente el Gobierno sigue sin dar pasos para una solución desde el punto de vista del precio eléctrico". Conde insistió en que "sin precio eléctrico [la venta a Parter] será una solución en falso, provisional, y en ningún momento definitiva".

El titular de Economía de la Xunta remarcó que en la Mesa Industrial ya se trasladó que el precio eléctrico "era lo que podía garantizar el empleo" y explicó que, "en estos momento, el Gobierno no ha trasladado ningún compromiso sobre esta cuestión". Asimismo, Conde recordó que el Gobierno gallego interpeló al Ejecutivo central sin obtener "ningún tipo de respuesta", en referencia al retraso en la aprobación del estatuto de la industria electrointensiva. "Estamos ante una situación en la que, lamentablemente, los trabajadores tienen que decidir sobre la aplicación del plan social por parte de Alcoa o una solución parcial, provisional, por parte de Parter", apostilló el conselleiro. A su juicio, "Parter simplemente va a garantizar el mantenimiento de los puestos de trabajo durante dos años y no puede haber un compromiso adicional si no hay un precio eléctrico por parte del Gobierno".

Por otra parte, la plantilla de la única fábrica que Alcoa sigue produciendo aluminio en España, la de San Cibrao (Cervo, Lugo) manifestó ayer su temor al cierre. El presidente del comité de empresa de la planta de A Mariña, Xosé Paleo, reconoció que la última subasta de interrumpibilidad (primas eléctricas) no ha sido buena, de modo que los trabajadores de la factoría se ven "reflejados en el espejo de A Coruña y Avilés" y están "preocupados" por su futuro.

Paleo precisó que el resultado de esa última puja ha sido incluso "peor que el anterior" y, "aunque era algo previsto", destacó "que no por ello deja de ser malo" y de acercar "un poco más al abismo" a la planta de Alcoa en San Cibrao, que da trabajo a más de un millar de personas. "Es algo que se venía venir, porque cada vez hay menos bloques y con un precio de salida más bajo", lamentó Paleo.