La larga negociación para evitar el cierre de Alcoa dio ayer un giro de guión inesperado. La multinacional paralizó temporalmente la venta de sus fábricas de A Coruña y Avilés al fondo de inversión Parter „con el que firmó un preacuerdo hace dos semanas„, a solo 48 horas de que expire el plazo para evitar el despido colectivo que afecta a casi 700 trabajadores (375 en A Coruña y 313 en Avilés). Alcoa alega que el inversor suizo no aporta las garantías financieras requeridas, pero sostiene que hay tiempo para encontrar comprador hasta mañana. Quantum, el otro fondo que rivalizó con Parter, reiteró ayer que mantiene su oferta. El Gobierno aboga por alargar la negociación una semana más.

Según fuentes del Ministerio de Industria, las discrepancias surgieron sobre la liquidez que Parter va a presentar al proyecto, ya que tan solo habría propuesto activos no líquidos para el mantenimiento de la actividad de las plantas. La empresa comunicó esta situación a los representantes sindicales en la reunión de seguimiento del ERE (expediente de regulación de empleo) que comenzó a las tres en Madrid. La idea del encuentro era que los trabajadores ratificaran la venta que Alcoa y Gobierno ya habían dado por buena, pero el bandazo de la compañía llevó al secretario general de Industria, Raúl Blanco, a acudir de urgencia a la media tarde para mediar. Blanco pidió explicaciones a la multinacional e instó a las partes a darse una semana más de plazo para resolver el conflicto. Al cierre de esta edición, el encuentro continuaba en el hotel Meliá Barajas.

"Seguimos cumpliendo con el acuerdo del ERE alcanzado con los representantes de los trabajadores a principios de este año. La fecha límite del 30 de junio para encontrar un comprador, según lo acordado en dicho acuerdo, sigue vigente", indicaron fuentes oficiales de Alcoa a los periodistas como única explicación al frenazo en el proceso de venta a Parter. El amago de Alcoa con parar la venta crispó a los comités de empresa, que si bien se habían mostrado reticentes a ratificar el acuerdo (por un considerarlo un "chantaje" de la empresa), si manifestaron su preferencia de pasar a manos del inversor suizo antes que sufrir el ERE.

"Alcoa eligió a Parter porque quiso, nos la impuso como único comprador posible, ha tenido meses para examinar la documentación y ahora, a dos días de que expire el plazo fijado para resolver la venta, nos viene con que las garantías financieras no son sólida; esto es un pitorreo", criticó Daniel Cuartas, jefe de la sección sindical de la UGT en Alcoa Avilés, en un receso de la reunión.

Los responsables de Alcoa en España, con el presidente Rubén Bartolomé a la cabeza, expusieron a los miembros de los comités de A Coruña y Avilés que confían en solventar el escollo financiero "antes del domingo". Según fuentes ministeriales citadas por la agencia Efe, Alcoa está buscando alguna fórmula bancaria para sustituir las garantías conflictivas de Parter por activos más líquidos. Quantum aprovechó para reivindicar su "sólido proyecto industrial y todas las garantías financieras" para las dos plantas.