El banco alemán Deutsche Bank anunció ayer una "transformación radical" de la entidad que supondrá el recorte de 18.000 empleos para 2022 a través de una significativa reducción de su banca de inversión. El consejo de administración tiene la intención también de recomendar que no se pague un dividendo de capital ordinario para los ejercicios 2019 y 2020.

El banco ya anticipa que tendrá unas pérdidas de 2.800 millones de euros en sus cuentas del segundo trimestre como resultado de los cargos de la reestructuración, que tendrá un coste total de 7.400 millones de euros. Cuando finalice el ajuste, el banco mantendrá 74.000 empleados en todo el mundo.