El arranque del coche eléctrico tiene aún varios frenos, que echan para atrás a muchos potenciales compradores. Uno de los más importantes es el precio. Siguen siendo más caros que los de combustión. Pero esa situación está a un paso de cambiar. Así lo augura Adriano Mones Bayo, presidente de la patronal nacional de la movilidad eléctrica desde el pasado 27 de junio. La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive) es un clúster que integra a más de 150 compañías de toda la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios ligados con el coche eléctrico. La caída de precios no tardará mucho. El también ejecutivo de la multinacional germana Phoenix Contact augura que en 2025 los eléctricos ya costarán lo mismo que uno de combustión. Será la fecha del acelerón definitivo para que sus ventas crezcan, augura. En las siguientes líneas repasa algunos de los principales retos de un sector.

Industria. Mones está convencido de que la movilidad eléctrica se convertirá a no muy tardar en un motor importante de la actividad económica de muchas comunidades autónomas. "Este sector va a aportar muchas y diversas oportunidades", señala. Además de las fábricas de automóviles requiere un potente sector entorno a estos vehículos: empresas de generación y distribución de energías de referencia, compañías que fabrican e instalan infraestructuras de recarga, o compañías punteras relacionadas con las nuevas tecnologías porque es aquí "donde está el gran negocio de la movilidad eléctrica", explica. Los coches del futuro serán un gran ordenador con ruedas que emitirá datos constantemente que muchas empresas se encargarán de interpretar y de sacarles provecho en forma de negocio.

Los frenos. El líder del lobby de la movilidad eléctrica asegura que es vital probar a los potenciales compradores que algunas de las principales barreras que les alejan de decantarse por un eléctrico están ya superadas. Cita entre ellas "la autonomía, el coste real del coche y la disponibilidad de infraestructura de recarga". Los precios irán ajustándose poco a poco hasta que, por fin, en 2025 ya sean iguales que los que tienen motor de combustión (a gasóleo o gasolina), augura. "Será la fecha en la que los grandes fabricantes tengan sus modelos eléctricos con variedad y a precios asequibles y se producirá un cambio de tendencia drástico".

La reconversión del taller. "Los mecánicos del futuro van a tener que saber más de electrónica que de mecánica", apunta el líder de Aedive, por eso asegura que es vital impulsar planes de formación para acelerar la reconversión de ese sector y que no les pille con el pie cambiado. Incluso predice que puede que haya cambios en la forma de sacar el carnet de conducir. "Es probable que en el futuro haya que hacer muchas cosas con un móvil para sacarse el carnet y pocas con un volante", advierte.

Las ayudas. Adriano Mones reclama un "plan estable de ayudas para los compradores de eléctricos". Y, además, con unos requisitos más flexibles. "Este año para acceder al plan de ayudas Moves el particular tiene que achatarrar un coche térmico de más de 10 años. Ese no es el perfil del actual comprador de un eléctrico".

La electricidad. "El cliente estará en el centro del negocio de la movilidad eléctrica y podrá tomar decisiones que ni imaginamos", señala. Por ejemplo, asegura que "podrá revender a la red la energía que su vehículo no consuma. Eso no lo puede hacer un vehículo de hidrógeno o de gas".

El vehículo autónomo. Las primeras pruebas para el vehículo autónomo llegarán a Europa dentro de unos seis años, allá por 2025, explica el empresario. Y vaticina que "en 2030 el coche sin conductor será una realidad. Tenemos que concienciarnos de que eso puede ser un reto y una oportunidad".

Las baterías. "El ciclo de vida de un coche eléctrico es mucho mayor que el de uno térmico, pero ya hay empresas que se dedican al reciclaje de las baterías, incluso para el almacenamiento eléctrico doméstico", apunta ante las críticas de que esta pieza, clave en todo vehículo enchufable puede ser un elemento contaminante y un problema medioambiental cuando agoten su vida útil. "No es algo que se vaya a tirar a los vertederos", asegura.