El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer los tipos de interés en los mínimos históricos en que los situó en marzo de 2016, pero confirmó que se prepara para adoptar nuevas medidas de apoyo a la economía ante la desaceleración y la baja inflación que probablemente adoptará en su próxima reunión de septiembre. Entre ellas figura una posible nueva bajada del precio del dinero: por primera vez el organismo ha apuntado que los tipos seguirán al nivel actual o, y aquí está la novedad, "en niveles inferiores" al menos hasta el primer semestre de 2020. Además, encargó a sus expertos que "examinen opciones" adicionales, como retomar el programa de compra de deuda pública y privada; medidas para mitigar los efectos negativos de los tipos bajos en la rentabilidad de los bancos, en particular un sistema de tramos en la penalización que sufren las entidades por depositar su dinero en el BCE; e iniciativas para "reforzar sus indicaciones sobre la orientación futura de los tipos", en referencia al plazo en que los mantendrá estables o los reducirá.

El presidente, Mario Draghi, explicó que el consejo de gobierno del organismo quiere esperar a contar con sus nuevas proyecciones económicas para la zona euro de septiembre, pero dejó claro que la situación no pinta bien por factores como la guerra comercial de Estados Unidos y la creciente posibilidad de que se produzca un Brexit sin acuerdo. Los analistas prevén que en septiembre rebaje en 10 puntos básicos la facilidad de depósito, pasando a cobrar un 0,5% a los bancos por guardarles el dinero, así como que a finales de año reinicie el programa de compra de deuda.