La rentabilidad de la deuda española cerró ayer en el 0,028%, su mínimo histórico y al borde del cero, al tiempo que la alemana ha perforado todavía más sus registros negativos y cotiza al -0,716 %. La inestabilidad en los mercados de renta variable está desplazando la inversión hacia la renta fija, lo que explica la caída.