Parter Capital Group en Alcoa y TPG Sixth Street Partners en Ferroatlántica son los dos casos más recientes de un fenómeno cada vez más frecuente en el sector industrial gallego: la toma de control de empresas estratégicas por parte de fondos de inversión extranjeros. Los compradores llegan con el anuncio de inversiones millonarias a corto plazo y, en algunos casos, como salvadores ante la amenaza de cierre. Los sindicatos advierten de riesgos a medio y largo plazo: deslocalización, adelgazamiento de las plantillas y ausencia de planes industriales sólidos.

Los fondos son instrumentos de inversión colectivos, alimentados por aportaciones de distintos partícipes, que buscan la máxima rentabilidad siguiendo una estrategia inversora previamente definida y aplicada por un equipo gestor.

TPG Sixth Street Partners en Ferroatlántica. Los estadounidenses TPG (Texas Pacific Group) Sixth Street Partners anunciaron esta semana que han completado la compra del 100% de Ferroatlántica, hasta ahora integrada en la multinacional Ferroglobe, participada en un 55% por el Grupo Villar Mir. Con la operación, Villar Mir se embolsa 170 millones para hacer frente a su maltrecha situación financiera. La compañía llevaba años intentando hacer caja con las diez centrales hidroeléctricas de los ríos Xallas y Grande que tenía en concesión vinculadas a la factoría de Cee y Dumbría. Hace dos años, la Xunta echó por tierra la venta de las centrales al fondo de inversión canadiense Brookfield alegando que no se pueden segregar de la actividad industrial. La empresa recurrió la decisión en los tribunales, pero antes de que haya llegado el fallo encontró otra solución: vender en bloque las concesiones y el complejo industrial de A Costa da Morte.

TPG contará con la ayuda de la española Ithaka „una firma creada por exdirectivos de Unión Fenosa y FCC„ para gestionar la actividad de ferroaleaciones (silicio, manganeso y silicomanganeso...) en Cee y Dumbría. Pero el acuerdo de venta deja poco margen a ideas nuevas: Ferroglobe suministrará todas las materias primas y comprará la producción en exclusiva a largo plazo, con lo que la factoría seguirá dependiendo de las decisiones de Villar Mir en la práctica. TPG se ha comprometido a invertir más de 14 millones en cinco años. La propuesta no convence a los 300 trabajadores, que han convocado protestas cada martes ante el Concello de Cee. El resto de centros de trabajo que Ferroatlántica tenía en España, incluida la fábrica de Sabón (Arteixo), pasan directamente a Ferroglobe.

Parter Capital Group en Aluiberia (antigua Alcoa). El fondo de inversión suizo Parter Capital llegó en agosto a la fábrica de aluminio de A Coruña (que rebautizó como Aluiberia) como salvador tras una lucha sindical de casi diez meses contra el cierre que Alcoa anunció en octubre. Especializado en adquirir empresas en reestructuración o que atraviesan situaciones difíciles, la plantilla dio por buena la venta a Parter ante la falta de alternativas, aunque siempre mostró su preferencia por un grupo industrial. Pero a la final del casting de inversores liderado por Alcoa solo llegaron Parter y Quantum, ambos fondos de inversión.

El tiempo que permanecerá Parter al frente de las fábricas de A Coruña y Avilés es una incógnita. El acuerdo de compraventa le obliga a mantener la actividad y el empleo (332 puestos en A Grela y 299 en Asturias) durante 24 meses. El fondo ha asegurado que su intención es permanecer más, aunque puede recortar plantilla a partir de 2021. Lo hará con probabilidad si no reactiva la producción de aluminio primario (actividad electrointensiva), para lo que exige que el precio eléctrico baje de los 40 euros por megavatio-hora (un tercio menos que ahora) y espera a que el anunciado Estatuto de la Industria Electrointensiva vea la luz. Entretanto, apuesta por potenciar el aluminio secundario (fundiciones) de alto valor añadido enfocado a la automoción.

Parter ha aportado un aval de 30 millones de dólares (27 millones de euros) y se ha comprometido a pagar los sueldos dos años, pero no ha pagado por hacerse con las dos fábricas. Al contrario, es Alcoa quien le abona 95 millones de dólares (unos 85 millones de euros) para cubrir gastos operativos y mejorar las instalaciones. Parter prevé pérdidas de 64 millones de euros en cuatro años: números rojos de 29,66 millones en 2019, 28,07 millones en 2020, 6,1 millones en 2021 y 70.000 euros en 2022. A partir de verano de 2021 garantiza el empleo un año más a 400 trabajadores (entre las dos fábricas) si factura más de 87 millones, a 500 si supera los 170 millones y al total si hay electrolisis. El plan no abarca más allá de 2022.

Zegona en el Grupo Euskaltel, dueño de R. La compañía de telecomunicaciones R nació en julio de 1998 con una marcada apuesta por su identidad gallega. Un amplio grupo de empresarios de la comunidad (Gadisa, Hijos de Rivera, Caixanova y Jealsa, entre otras firmas) se unieron para formar lo que entonces se llamó el Grupo Gallego del Cable. En 2010 el fondo CVC entró en el capital (llegó a adquirir el 70) y en 2015 el grupo vasco Euskaltel compró el 100%. Ahora R vuelve a estar controlada por un fondo de inversión: el inglés Zegona, que ha tomado el control de Euskaltel „también dueño de asturiana Telecable„ .

Zegona fue elevando la participación en la operadora vasca hasta convertirse esta primavera en el accionista mayoritario, con el 21% del capital, por delante de Kutxabank (que redujo su capital por debajo 20%). Esa toma de control se refrendó en junio, con el nombramiento de José Miguel García „ex CEO de Jazztel„ como consejero delegado. García llega con la idea de centralizar servicios, lo que ha puesto en pie de guerra a trabajadores gallegos y asturianos ante la amenaza de deslocalización y, por tanto el riesgo de perder sus puestos de trabajo.