Los trabajadores y camioneros de la central térmica de As Pontes colapsaron ayer los accesos a la capital herculina, justo en la jornada en que arrancó la celebración de la Semana Europea de la Movilidad por un transporte sostenible. Los conductores que al mediodía circulaban por la avenida de Alfonso Molina se toparon con una caravana de 130 camiones, pertenecientes a los transportistas de carbón, que fueron aparcados en la zona del Ofimático, a la entrada de la ciudad.

Posteriormente iniciaron una concentración en el centro para pedir soluciones inmediatas para el complejo, que remataron con el compromiso del Gobierno central de convocar este mes una mesa de trabajo sobre su futuro.

La protesta, organizada ante la Delegación del Gobierno, reclamaba además reuniones a todos los niveles para que el proceso de descarbonización se haga con tiempo, y fue el propio delegado, Javier Losada, el que poco después les avanzó que el Ministerio de Transición Ecológica convocará en las próximas semanas una mesa de trabajo para abordar este proceso de manera conjunta. En este sentido, Losada instó al Gobierno gallego a que se sume de manera decidida a la "imprescindible" unidad política que requiere este proceso.

Representantes políticos de todos los partidos, entre ellos el presidente de la Diputación provincial, el socialista Valentín González Formoso, también alcalde de As Pontes, y el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, secundaron una protesta sin incidentes tras la celebrada ante la sede la Xunta en Santiago la semana pasada. Formoso se mostró "satisfecho" con este "pequeño objetivo conseguido" para esclarecer el futuro más inmediato del complejo mediante un "careo entre las partes" sobre las medidas a adoptar y quién tiene que hacerlo.

Tellado aseguró que los trabajadores "demandan algo básico, que es seguir trabajando" y exigió a Losada que sea el "primero que defienda lo que necesita Galicia" o, de lo contrario, "no nos vale".

La planta de Endesa en As Pontes, que figura entre las veinte más contaminantes de Europa, funciona parcialmente: dos de sus cuatro generadores están parados tras el anuncio de una inversión de unos 200 millones que podría permitir ampliar su actividad unos quince años más. En el complejo trabajan 250 personas y otras tantas en empresas auxiliares, así como unos 150 camioneros que transportan el carbón a la planta y otros 150 empleados de empresas suministradoras, que reclaman un plan para abordar una transición "regulada y ordenada" hacia la descarbonización.

Para los sindicatos de las auxiliares, "no se puede aceptar un cambio de modelo sin garantía de empleo", dijo Alberte Amado (CIG), y es "prioritaria la próxima reunión entre todas las partes con la implicación de la Xunta", añadió Javier Carreiro (UGT).