Más de 10.000 vecinos del municipio de As Pontes están llamados a sumarse a una huelga general en protesta por la decisión de Endesa de acelerar el cierre de su central térmica de carbón. La fecha para esta movilización, fijada para el próximo 16 de octubre, fue consensuada ayer por el comité de crisis que reúne a los partidos de la corporación pontesa, a los sindicatos y a los colectivos sociales. La huelga, que se complementará con una caravana de vehículos en Madrid, solo se paralizaría si el próximo miércoles el Gobierno plantea "salidas concretas" ante la decisión anunciada por la energética. "Pero, en principio, como no contamos con eso, emprenderemos esa acción", afirmó ayer el alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso (PSOE). La capital española acoge dentro de dos días una reunión entre representantes de los trabajadores y del Ministerio para la Transición Ecológica.

Lo más inmediato coincide con el encuentro de hoy en Ferrol entre los regidores de las comarcas de Ferrolterra, Eume, Ortegal, A Mariña y Terra Chá, al que también asistirá el alcalde pontés.

Ya el martes, está prevista que una gran caravana de camiones y automóviles partan desde As Pontes hasta A Coruña para protestar ante la Delegación del Gobierno por el anuncio de cierre dede la central térmica, que lleva cinco meses paralizada. A medida que pasan las horas son más los afectados dispuestos a sumarse e esta movilización: si el sábado los convocantes estimaban que viajarían unos 400 vehículos hasta la capital coruñesa, ayer subieron la cifra a 800. En este sentido, González Formoso quiere "animar a la gente" a "secundar" una marcha en la que participan no solo los transportistas de carbón, sino también particulares.

Desde que Endesa notificó el pasado viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su determinación de dejar de operar en sus cuatro centrales de térmicas carbón de la Península, una decisión que incluye la planta de As Pontes, los líderes de los partidos políticos iniciaron una gran escalada de declaraciones que no es ajena al actual contexto preelectoral.

¿Quién tiene la culpa?

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero en tomar la palabra y culpar directamente al Gobierno socialista de Pedro Sánchez de convertir la transición energética en un proceso marcado por "la ruptura, la mutilación y la fractura".

Ayer, en declaraciones a la Radio Galega, el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, continuó con la misma tesis: "Esto no es una transición, una transición significa dar alternativas", manifestó.

El secretario general del PP de Galicia, Miguel Tellado, afirmó ayer que el PSOE "quiere firmar el certificado de defunción" de la comarca ante el anuncio de cierre de la central térmica de Endesa. "Hoy son las 750 familias que viven de la central de As Pontes, pero mañana pueden ser muchas más", destacó. Mientras el Gobierno central le lanzaba un nuevo ataque a Galicia, Javier Losada y Gonzalo Caballero estaban en Madrid aplaudiendo a Pedro Sánchez", declaró.

Por su parte, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, apostó ayer por que los trabajadores de la planta de Endesa "puedan tener una salida" tras el anuncio de la empresa de acelerar su cierre. "Tenemos que buscar mecanismos que, a través de energías alternativas u otras vías industriales, permitan reacomodar a la población", precisó. Según Caballero, "el problema" es que el presidente de la Xunta, que "lleva diez años" al frente de Galicia con "competencias en materia industrial", se mantiene como "espectador que no quiere asumir responsabilidades".

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, instó ayer a evitar que Endesa "se marche sin más" de As Pontes. "Se han beneficiado de nuestros recursos y de un día para otro quieren dejar tirado a este país", manifestó Pontón, que acusa al PP y al PSOE de ser los "responsables políticos" de esta situación.