Las multinacionales foráneas han ganado presencia en los últimos años, pero su peso sigue siendo escaso en Galicia. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísitica (INE), las filiales de empresas extranjeras concentran el 13,1% de la cifra de negocio en la comunidad, lo que convierte a la economía gallega en la menos dependiente de las multinacionales de todo el norte español.

Solo Murcia (5,7%), Extremadura (9%), Canarias (10,9%) y Comunidad Valenciana (12,4%) tienen un menor peso de las firmas extranjeras en sus tejidos empresariales. Por contra, los territorios más próximos a Galicia superan con creces estas cifras. Asturias, donde las firmas de fuera el país copan el 33,1% de la facturación, casi triplica la cuota gallega. El porcentaje más alto se da en la Comunidad de Madrid (48%) donde tienen su sede la mayoría de estas multinacionales por el efecto de la capitalidad. La media española está en el 27%, el doble que la cuota gallega.

"Galicia siempre se ha caracterizado por tener una inversión extranjera baja", reflexiona José Francisco Armesto, integrante del Foro Económico de Galicia, que recuerda que en el informe Doing Business in Spain 2015 el Banco Mundial situó a Galicia como la comunidad española donde es más difícil hacer negocios. A juicio de este economista, "no existe una única causa", sino que la falta de atractivo de Galicia para las compañías foráneas guarda relación con múltiples factores, entre ellos la fiscalidad, la burocracia, la oferta de suelo industrial, las infraestructuras o las ayudas públicas. Son algunas de las razones por las que Armesto considera que Galicia está perdiendo inversión extranjera en automoción en favor de Portugal: "Ya no se instalan aquí, sino que montan fábricas pegadas a la frontera", ejemplifica.

La estadística que acaba de difundir el INE corresponde con el ejercicio 2017 „el más reciente del que el organismo ha analizado datos„ y cifra en 294 las empresas extranjeras con actividad en la comunidad. La fragmentación del tejido empresarial gallego (caracterizado por tener muchas empresas de pequeño tamaño) relega al grupo de firmas extranjeras a un residual 0,22%. Entre todas facturaron 11.341 millones de euros, el 13,1% de la cifra de negocio de Galicia.

La importancia de estas multinacionales en el mercado de trabajo es menor que su peso en facturación. En 2017 mantenían 25.625 puestos de trabajo, el 4,9% del mercado laboral gallego. El gasto en personal (994,87 millones de euros), sin embargo, asciende al 9,1% del global de las empresas de la comunidad, lo que supone que los empleados de las filiales extranjeras están mejor pagados que la media.

Entre las multinacionales foráneas asentadas en Galicia está el grupo francés PSA (que fabrica coches en Vigo) la americana Alcoa (que mantiene su fábrica de aluminio de San Cibrao y ha vendido la de A Coruña a la suiza Parter) o la noruega Stolt Sea Farm, que produce rodaballo y lenguado en media docena de piscifactorías repartidas por la costa coruñesa.

Aunque su peso sigue sin ser relevante, la evolución de los últimos años traza con claridad la senda ascendente de las empresas foráneas en la economía gallega. En cinco años (de 2012 a 2017) Galicia pasó de tener 182 filiales extranjeras a 294, un aumento del 61%. La cifra de negocio en ese mismo periodo engordó en más de 3.000 millones (un 37%) y su cuota avanzó del 10,9% al 13,1% del total de la facturación de las empresas en Galicia.

La capacidad de las filiales extranjeras para generar empleo en Galicia avanzó, pero en mejor medida que su presencia y sus ingresos: de los 22.988 puestos de trabajo de 2012 a los 25.625 de 2017 (un 11% más).