El gran proyecto estrella de la compañía coruñesa Greenalia es la planta de biomasa de Curtis, la segunda de mayor potencia (50 MW) que operará en España y la primera de la comunidad gallega. Entra ya en fase de pruebas al finalizar la obra y la intención es que esté al 100% el 20 de marzo del próximo 2020, anunció ayer la firma en la presentación de resultados. Los cuatro millones de ingresos previstos por la venta de electricidad durante estos meses ayudarán a que finalmente la central no incurra en números rojos antes de su puesta en marcha.

La empresa de renovables se refiere a esta infraestructura como "un proyecto de 1.200 millones". La previsión es que genere unos 32,8 millones de euros de facturación al año y un ebitda (resultado bruto de explotación) de 15,35 millones. En total serán unos ingresos recurrentes de más de 910 millones de euros a lo largo de 25 años por la venta de energía eléctrica y de 295 millones por suministro de biomasa forestal para la filial Greenalia Forest.

A la espera de la planta y de los primeros parques de viento, la compañía liderada por Manuel García elevó un 26% sus ingresos, hasta los 22 millones, con un Ebitda de 1,75 millones (un 59% más que en el primer semestre de 2018) y un beneficio de 310.000 euros, tras dispararse el 156%.

Con 24 megavatios (MW) de potencia repartidos en seis aerogeneradores en el concello coruñés de Vimianzo, el parque eólico de Miñón será el primero que encienda Greenalia en su nueva vida para convertirse en protagonista de la transición energética española. Y el único seguro de aquí a fin de año, que es el plazo límite marcado por el Gobierno central a las instalaciones adjudicadas en sus macrosubastas de renovables. Los otros 50 MW inicialmente previstos para este 2019 no están tan claros pese a su fase avanzada de construcción y otros 128 MW incluidos en el Plan Eolo de la compañía gallega todavía no completaron las tramitaciones. Ahí está el problema, según Antonio Fernández-Montells, director financiero (CFO) de Greenalia. "Ha sido la administración autonómica la que no ha cumplido los plazos de respuesta y es lo que no nos permitió llegar a tiempo", detalló ayer en la presentación de los resultados semestrales del grupo.

Más allá de la retribución prevista, para Greenalia lo importante de tener en cartera proyectos vinculados a las pujas de energías verdes venía de la tramitación exprés prevista en la ley de la Xunta para la captación de inversiones empresariales. Lo que no impidió que el proceso se dilatase. "De hecho, en uno de los parques que se tramitó prácticamente desde cero, el de Miñón, sí que se llega a tiempo y eso demuestra que en el caso de que hubiese una diligencia en el cumplimiento de los plazos sí hubiera sido posible hacerlo", indica Fernández Montells, que resta importancia al impacto de la ejecución de los avales depositados por el encendido tardío. El Plan Eolo supera los 230 millones de euros de inversión y la pérdida de los depósitos supone "el 2 y pico por ciento". Greenalia intentará arrancar una prórroga al Ministerio para la Transición Ecológica apelando a su involuntariedad y a que la ley de procedimiento administrativo permite ampliar el plazo, aunque la normativa de las subastas lo impida.