Miles de pensionistas llegados a Madrid de toda España advirtieron ayer al Gobierno que salga de las urnas del 10 de noviembre que "no pararán" hasta que la revalorización de las pensión conforme a la evolución de los precios (IPC) se "blinde por ley" y mientras no se derogue la reforma del PP que contempla un ajuste de las prestaciones de los nuevos jubilados ligado a la esperanza de vida, mecanismo cuya aplicación está suspendida hasta 2023.

"La lucha es el único camino. Todos somos pensionistas", corearon cerca de 8.000 manifestantes, según los cálculos de la Delegación del Gobierno de Madrid, frente al Congreso de los Diputados. Mareas de pensionistas procedentes de Andalucía, País Vasco, Aragón, Castilla y León, Madrid, Cataluña, Asturias y también Galicia, marcharon por Madrid, en compañía de las columnas de pensionistas que anteayer culminaron su marcha a pie desde Rota (Cádiz) y Bilbao para visibilizar sus reivindicaciones.

Los manifestantes reclamaron que la pensión no baje de 1.080 euros y que el salario mínimo llegue a 1.200, además de eliminar los beneficios fiscales a los planes privados para la jubilación. Los representantes de la Coordinadora Estatal para la Defensa del Sistema Público de Pensiones registraron en el Congreso sus peticiones, acompañados de varios miembros de Unidas Podemos. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, reafirmó por Twitter su compromiso de subir las pensiones conforme al IPC y blindar el sistema en la Constitución.

Pensionistas de A Coruña de sumaron a las movilizaciones en una concentración en el Obelisco convocada por el Movimiento Galego en Defensa das Pensións (Modepen), a la que asistieron medio centenar de personas.