Las energías renovables no son las únicas protagonistas de un mercado eléctrico que está dejando de lado al carbón. El bajón de producción que las centrales térmicas carboneras sufren desde primavera ha aupado la actividad de los ciclos combinados (que queman gas natural para producir electricidad) a sin precedentes. En el segundo trimestre del año „últimos datos cerrados por el operador del sistema, Red Eléctrica de España (REE)„ el gas generó en Galicia 878.038 megavatios-hora (MWh), doce veces más energía que en el mismo periodo del año pasado.

Las centrales de ciclo combinado de Naturgy en Sabón (Arteixo) y de Endesa en As Pontes (emplazada un terreno apartado de la planta de carbón) aceleran su ritmo, alimentadas por sendos gasoductos que conducen el combustible desde la terminal de Reganosa en el puerto de Mugardos. La combustión de gas también emite dióxido de carbono (CO2), causante del cambio climático, pero un 60% menos que el carbón mineral.

En junio (último mes del que REE ha publicado datos), la producción eléctrica de los ciclos combinados (357.712 MWh) superó no solo al carbón (35.851 MWh), sino también a la hidráulica (196.033 MWh) y a la eólica (326.501 MWh) convirtiéndose en la primera fuente de energía del balance eléctrico gallego.

La estabilidad del gas impulsa a este combustible como necesaria energía de respaldo en la transición energética. Una vez eliminado o minimizado el uso de carbón, el sistema requiere de alguna fuente fiable a la que recurrir cuando no haya lluvias o viento suficientes para cubrir la demanda con renovables. El gas está llamado a desempeñar este papel, que hasta ahora tenía el carbón, para asegurar por ejemplo la actividad de la industria electrointensiva gallega; como la fábrica de ferroaleaciones de Ferroatlántica, que consume 950.000 MWh al año y necesita un suministro constante.

El encarecimiento de los costes de emisión del CO2 (los bonos cuestan ahora 25 euros por tonelada frente a los 6 euros que costaban hace cinco años) y el aumento de competitividad del gas han relegado el carbón en los últimos meses hasta paralizar la mayor central de carbón de España, la de As Pontes, y llevar a Endesa a anticipar su cierre. La otra térmica gallega, la de Naturgy en Meirama, se clausurará antes del verano.