El exvicepresidente del Banco Popular José María Arias negó ayer en la Audiencia Nacional que hubiera algún tipo de maniobra para sustituir al presidente de la entidad Ángel Ron por Emilio Saracho a instancias de uno de sus principales accionistas, el magnate mexicano Antonio del Valle.

En su declaración como investigado, que duró unas cinco horas, Arias, que ostentó la vicepresidencia desde 2012 hasta 2017, rechazó la versión que dio el expresidente Ron ante el juez José Luis Calama, y aseguró que los inversores mexicanos no controlaban el banco ni urdieron el relevo en la cúpula, han informado fuentes jurídicas. El banquero desmintió así lo declarado en sede judicial por Ron, que denunció la falta de transparencia que imperó en su salida del Popular y señaló entre los promotores de esta medida a la entonces presidenta de la comisión de Nombramientos, Reyes Calderón. La exconsejera, que declarará el día 19, habría actuado a instancias de Antonio del Valle, que llegó a ser el principal accionista del banco y pretendía hacerse con su control, siempre según Ron, que dijo haber recibido amenazas del mexicano.

Lo que sí admitió ayer Arias es que era partidario de un cambio en la presidencia del banco, si bien aclaró que Saracho no fue el único nombre que se barajaba para la sustitución. Además, reiteró que no veía con buenos ojos la ampliación de capital ejecutada en 2016 con la que se captaron 2.500 millones de euros, sino que hubiera preferido una operación corporativa con alguno de los dos grandes bancos españoles, Santander o BBVA, y no tanto con La Caixa.

Dicha opción, que en 2016, con Ron al frente del banco, no llegó a plantearse, es similar a lo ocurrido con el Banco Pastor, que Arias presidió desde 2001 y que en 2011 fue absorbido por el Popular. La investigación se remonta a 2017, año en el que Europa resuelve el Popular dada su situación de "quiebra o próxima a la quiebra", y acuerda su posterior venta a precio de saldo al Banco Santander.