ACS ha vendido al fondo de inversión en infraestructuras Hermes el 74% de la participación que tiene en seis tramos de autovía de peaje en sombra de España, una operación que reportará a la compañía una plusvalía de 40 millones de euros. El grupo que preside Florentino Pérez mantendrá el 26% restante de la participación y seguirá gestionando las vías, cuyo valor total y conjunto asciende a 950 millones de euros.

La venta se enmarca en la estrategia de continua rotación de activos maduros que sigue la compañía con el fin de levantar recursos para nuevos proyectos. Las autovías que ACS abre a la entrada a Hermes son dos de Cataluña (Eje Diagonal y Reus-Alcover), otra de Castilla la Mancha (Autovía de la Mancha), una más en Castilla y León (Autovía de los Pinares), una de Navarra (Autovía del Pirineo) y la sexta en Galicia (Santiago-Brión).

Se trata de vías sobre las que, en su día, el grupo logró un contrato para invertir en obras de mejora o ampliación, una inversión que ahora recupera recibiendo un pago anual de la Administración por la explotación y mantenimiento de las infraestructuras que, de esta forma, quedan libre de pago directo para los usuarios. Según detalla ACS, la inversión asociada a estas seis autovías es de 1.100 millones y aún presentan un periodo medio de concesión de 19,4 años.

La participación de la constructora en cada una de las concesiones, que suman 234 kilómetros de longitud, oscila entre la del 63,3% que ostenta la Autovía de los Pinares y la del 100% que controla en las dos vías catalanas. La venta de ACS de la mayoría del capital en estas autovías, cuyo cierre queda pendiente de la consecución de las correspondientes autorizaciones, sucede a operaciones similares de otras compañías del sector en los últimos meses.

Ferrovial vendió en julio el 65% de Ausol, la autopista de la Costa del Sol que une Málaga y Guadiaro (Cádiz), al fondo Meridiam. Posteriormente, en octubre, Sacyr vendió al también fondo Aberdeen Infrastructure el 47,5% del capital de la AP-46 Alto de las Pedrizas-Málaga.

En el caso de ACS, acomete esta desinversión en su cartera de concesiones apenas un año después de completar, junto con la italiana Atlantia, la toma de control de Abertis, grupo de autopistas al que pretenden impulsar como líder mundial de infraestructuras.