La compañía coruñesa de procesado y comercialización de pescado Isidro 1952 (antigua Isidro de la Cal) abrirá la próxima semana el periodo de negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) que comunicó a sus trabajadores „unos 225„ el pasado miércoles con el fin de "redimensionar" y salvar la empresa, asfixiada por las deudas y la caída en las ventas de este año. Según confirmó el comité de empresa, la representación de los trabajadores fue emplazada ayer a una primera reunión informativa con la dirección el lunes y prevé que el periodo de consultas del ERE arranque el próximo miércoles o jueves.

La mayor parte de los 225 empleados de Isidro 1952 realizan su trabajo en las naves que tiene la compañía en el polígono de Espíritu Santo (Cambre), que tiene como actividad principal la elaboración de bandejas de sushi. En este centro de trabajo se desarrolló ayer la primera asamblea de trabajadores después de haberse recibido la noticia del ajuste de personal.

"Los ánimos está fatal y no sabemos cómo van a pagar las indemnizaciones de los despidos si no hay dinero", exponía ayer la presidenta del comité de empresa, Olga Rodríguez, tras la reunión del personal. Todavía con la incógnita de cuántos despidos quiere ejecutar la empresa, el comité teme un gran recorte que alcance a la mitad de a plantilla. Además de los 170 empleados que la antigua Isidro de la Cal tiene en Cambre, la compañía tiene otro medio centenar repartidos entre sus piscifactorías de rodaballo, trucha y besugo de Lorbé (Oleiros), Baio (Zas), Valdoviño y Louro (Muros).

El dueño de la empresa y consejero delegado, Pablo Ángel García-Gascó, convocó ayer al comité a una reunión con él para el lunes, en la que los trabajadores esperan conocer con más detalle la intención de la compañía en este proceso de ajuste.

Al anunciar el ERE, Isidro 1952 expresó en un comunicado que sigue "firme en el propósito de ser una empresa referencial y pionera en el sector de elaboración, transformación y comercialización de productos del mar" y argumentó que, para ello, los despidos son "en este momento la única alternativa posible para garantizar la continuidad de la compañía".

La empresa ha tomado la decisión de reducir personal después de explorar otras vías fallidas para aliviar su deuda „negociaciones con los bancos, a los que debe 27 millones de euros, y con fondos de inversión, con los que no hubo entendimiento„ y ante la caída de la facturación, por la ruptura del acuerdo que tenía con Lidl y la crisis de Dia, entre otros.