Los 122 trabajadores de Ferroatlántica Sabón mantendrán sus puestos de trabajo, al menos, hasta final de año. La plantilla de la fábrica de silicio de Arteixo, integrada en Ferroglobe (Grupo Villar Mir), sortea por el momento el expediente de regulación de empleo (ERE) temporal que la empresa acaba de activar para la mitad de sus 140 empleados de Boo (Cantabria) debido al encarecimiento de la energía.

Ferroatlántica aprobó el pasado febrero un ERTE de dos años para sus 550 empleados directos en España, incluidos los 400 que tenía en Galicia entre Sabón y Cee-Dumbría hasta que vendió la planta de A Costa da Morte al fondo TPG. El expediente salió adelante pero su aplicación quedó en suspenso mientras el Gobierno preparaba el nuevo marco energético industrial y después de la última subasta eléctrica, en junio, en la que la compañía celebró haber logrado los incentivos suficientes para funcionar a pleno rendimiento lo que quedaba de año. Pero la alegría se ha terminado con la convocatoria de la puja de primas eléctricas para el primer semestre de 2020, que empieza el lunes con un recorte del 60% en los megavatios en liza.

"Las condiciones del ERTE que aplica ahora la empresa en Cantabria son las que habíamos pactado a principios de año, pero aquí por ahora no nos afecta", explica el portavoz del comité de la factoría de Sabón, Francisco Blanco. Sin embargo, la plantilla arteixana no descarta correr la misma suerte que sus compañeros cántabros en 2020. "Está todo en el aire. Las condiciones de la nueva subasta son peores y la situación es bastante complicada. No sabemos si produciremos con dos hornos o con uno, ni si puede haber un ajuste aquí también el año que viene", explica Blanco.

Ferroatlántica aplicará de inmediato un ERTE en su planta cántabra que afectará inicialmente a unos 70 trabajadores, la mitad del personal. En un comunicado, el director de la factoría, Alberto Fuentes, señaló que, si la situación "ya era complicada hace meses" ahora la subasta de interrumpibilidad recién publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) "lo pone imposible" porque "así no se puede competir con las fábricas del resto de Europa".

Fuentes informó al Gobierno de Cantabria de la situación y deseó que "esto se pueda afrontar rápidamente con el apoyo de todos, tanto las administraciones locales y regionales, como los propios sindicatos". El director advirtió de que "las fábricas no van a sobrevivir con estos costes eléctricos, y en Boo todo este empeoramiento de expectativas aboca a un ERTE y sobre todo genera incertidumbre acerca de lo que vendrá después, si no se aplica una política energética coordinada con la política industrial".

El coste eléctrico para la industria de las ferroaleaciones ya es el 40% de sus costes totales, con un diferencial de entre 20 y 25 euros por megavatio-hora en relación con sus competidores europeos que tienen electricidad más barata, como Francia, Alemania o Noruega, países donde existen varios mecanismos de compensación del precio de la energía para la industria electrointensiva, explicó Fuentes.

También la plantilla de Ferroatlántica en el complejo de Cee-Dumbría, con unos 300 empleos directos y propiedad de TPG, está en guardia ante los recortes de la subasta de interrumpibilidad. "Vemos en serio riesgo la supervivencia de nuestras fábricas y la continuidad de los puestos de trabajo", alerta el comité. El colectivo planea movilizaciones.